LA HABANA, Cuba. – “Estoy pasando por una situación crítica. He pedido ayuda a las autoridades y no me han resuelto nada, he hablado y hablado por gusto”, denuncia el cubano Arístides Rizo Pedroso desde su sillón de ruedas. El hombre, a quien le falta una pierna, lleva 12 años esperando en vano la ayuda de las autoridades.
“Yo estoy enfermo y tengo 20 000 problemas aquí. La casa se moja por todos lados, el agua entra y el pasillo se inunda. Además, tengo unas cuantas barreras arquitectónicas que me impiden salir solo en la madrugada. Muchas veces me han dado dolores y he tenido que salir arrastrándome hasta allá afuera”, lamenta Rizo Pedroso, quien perdió una pierna hace dos años.
El entrevistado, quien reside en la barriada de Santos Suárez, asegura que solicitó a las autoridades la asignación de una línea de teléfono fijo para pedir ayuda cuando la necesite. Sin embargo, aún espera una respuesta.
“No me dieron nada, me han ignorado como si fuera un perro. Lo pedí [el teléfono] porque he pasado por muchas cosas tratando de salir para el médico”.
Asimismo, especificó que cuando llueve la casa se inunda por lo que se ve obligado a subir de espaldas a la barbacoa para no mojarse. Y, aun así, asegura que debe ubicarse en una esquina del cuarto para evitar que las filtraciones le caigan encima. “Ya no sé a dónde ir para que me ayuden”, confesó.
Según Rizo Pedroso, su queja la llevó hasta la Oficina de Atención a la Población del Consejo de Estado (Plaza de la Revolución). Sin embargo, hasta ahora nada ha cambiado.
“Lo único que me han dado ha sido un colchoncito, una colcha, dos sábanas y un par de zapatillas. Más nada”, dijo.
De igual forma, asegura que en tres ocasiones le han hecho el “papeleo” para cambiarle el refrigerador, ya que el suyo está roto. “Estas son la santas horas y no han venido a cambiarme nada, aunque me dijeron hace un año ya que el equipo estaba asignado”, explica.
Según Rizo Pedroso, el delegado de la circunscripción está al tanto de las barreras arquitectónicas para entrar y salir de su vivienda. Sin embargo, no le han asignado los materiales para solucionar el problema.
“Me dijeron que no había albañiles para trabajar en eso y les dije que solo necesitaba los materiales de construcción para poder hacer las rampitas, pero tampoco me los han dado”, precisa.
Desde 2012, según señala, solicitó un subsidio para la reparación de la casa, dadas las pésimas condiciones en las que se encuentra el inmueble, pero tampoco ha recibido la ayuda esperada.
Las autoridades solo ofrecen al discapacitado, cada mes, una pensión de 1 540 pesos. Con eso, debe sufragar gastos de alimentación, aseo y medicinas. “Es cierto que algo es mejor que nada, pero todos los cubanos sabemos para cuánto alcanza ese de dinero”.
“Estoy súper decepcionado, estoy enfermo y me hace falta la ayuda, pero no he visto apoyo, no he visto nada”, termina.
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