LA HABANA, Cuba.- Poca efectividad de las estrategias educativas en favor del medio ambiente, centralización de las iniciativas y exclusión de la actividad ciudadana autónoma en las labores de protección y conservación, contradicciones entre la propia legislación cubana y los planes económicos del gobierno, manipulación y ocultamiento de la información, son algunos de los problemas señalados por la organización People In Need en su informe sobre la Situación Ambiental en Cuba, firmado en diciembre de 2015.
La prestigiosa ONG humanitaria con sede en Praga, República Checa, recién ha divulgado este texto que comenta, a modo de resumen, las cuestiones más inquietantes relacionadas con el manejo y explotación de los recursos naturales, el impacto negativo de los planes de desarrollo industrial y turístico para los próximos años en la isla, y las controversiales estrategias del gobierno para contener y revertir el deterioro de las aguas y suelos, así como para evitar los daños a la salud humana, la flora y la fauna.
Aunque el informe de People In Need afirma que “Cuba cuenta con un entramado institucional que ha producido una base real de conocimiento y estructuras a favor del medio ambiente en la isla”, y ve en esto ciertas garantías para el futuro del trabajo ambientalista y de las organizaciones ecológicas cubanas autónomas, también advierte sobre la no confiabilidad de los datos publicados, los mecanismos corruptos que operan en casi todos los niveles y la “falta de transparencia en el proceder institucional cubano”; lo que impedirá tanto a los grupos no vinculados al gobierno como a las entidades científicas, reconocidas de modo oficial, acceder a la información, debido a que existen problemáticas que, aunque aparentemente incumben al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), están asociadas a los planes de desarrollo económico (extracción de petróleo, minería a cielo abierto, zona especial del Mariel, construcción de campos de golf e inmobiliarias para el turismo, comercialización de especies en peligro de extinción) o son reguladas por el sistema de empresas de las Fuerzas Armadas (servicios y operadoras para el turismo, administración de las reservas naturales) o al Ministerio del Interior (introducción de productos agrícolas transgénicos en el mercado interno sin advertir a la población. Más el control de ese mercado con potencialidades de asociarse a compañías norteamericanas del sector) que tratan sus estadísticas y pruebas de laboratorio a modo de “secreto de Estado”.
Aunque, comparado con la devastación que producen la minería y la industria petrolera, o con la depredación que supone el desarrollo de un turismo de altos estándares, el tratamiento de los residuos sólidos en Cuba, según el informe de People In Need, “no es de las problemáticas más graves”, sería el tema que pudiera nuclear las acciones de los activistas ambientales y crear un movimiento “verdadero, con bases sociales, autonomía y con capacidad de resistir la peculiar circunstancia de limitaciones democráticas en la Isla”.
Son cuantiosos y de inestimable valor los trabajos científicos ‒elaborados por las propias instituciones pertenecientes al CITMA, a los ministerios de Salud Pública y de Educación Superior‒ que advierten con cifras sobre incrementos preocupantes de los niveles de metales pesados en los suelos y cultivos próximos a los vertederos de la capital, o sobre las infiltraciones de sustancias tóxicas a los acuíferos. Abundan los reportes por áreas sobre las afecciones respiratorias en niños y adultos y los casos de incremento significativo del cáncer en las poblaciones cercanas a los lugares de vertimiento de residuos sólidos.
Todos son temas que, silenciados o manipulados en la prensa oficial, están a la espera de ser abordados, en profundidad y con estrategias de divulgación y presión más efectivas, por el periodismo alternativo y por los grupos ambientalistas autónomos.
Basado fundamentalmente en información extraída de la prensa oficialista cubana, en los datos más actuales de la Oficina Nacional de Estadísticas y en los estudios realizados por científicos cubanos, el informe de 36 páginas de People In Need pudiera servir de guía para que los pocos grupos ecologistas que actúan en la Isla, así como aquellas personas que de manera individual muestran preocupación por nuestra situación ambiental, puedan orientar y coordinar sus acciones hacia las materias más urgentes, amparados en el derecho que la propia legislación cubana les otorga como ciudadanos de un país firmante de más de 90 tratados y compromisos internacionales relacionados con el cuidado del medio ambiente.