LA HABANA, Cuba. – La preeminencia musical del cantautor Pablo Milanés sobre su antiguo colega, Silvio Rodríguez -ambos fundadores del Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas (ICAIC) en 1970 y 10 años antes del Movimiento de la Nueva Trova- quedó una vez más demostrada en la lista que publicó la BBC el pasado 21 de septiembre, de cincuenta canciones icónicas a prueba de olvidos.
El ranking, según explica el portal británico, fue el resultado de una encuesta a 1 500 lectores sobre los éxitos musicales que llevarían a una Isla desierta.
Milanés ocupó la octava posición con el tema Para vivir y Rodríguez fue colocado en el decimonoveno puesto con Ojalá. El primer puesto se lo llevó el grupo Queen con Bohemian Rhapsody y el segundo estuvo reservado para Imagine, la emblemática balada de John Lennon. El referido tema de Pablo, grabado en 1982, se ubica tras la inolvidable Stairway to Heaven de Led Zeppelin en el escalafón.
La selección, más allá de subjetividades y gustos, subraya la calidad musical de un artista que, a sus 77 años de edad, todavía deslumbra con su voz de tenor, excelente afinación y, lógicamente, una tonalidad un poco más grave que en su etapa juvenil, pero sin perder el swing y el encanto de siempre.
Pablo Milanés no solo trasciende por la letra de sus temas y su cautivador timbre: ha tenido el valor de criticar el llamado proceso revolucionario liderado por Fidel Castro, al que le cantó fervorosamente durante varias décadas.
Y nada de circunloquios, jerigonzas o ambivalencias, como suelen hacer a menudo otros integrantes del gremio.
En principio, no ha roto del todo con lo que defendió a capa y espada, no obstante, el distanciamiento ha sido definitivo y acompañado de declaraciones públicas que, a menudo, cuestionan, en términos bastante fuertes, muchas de las políticas gubernamentales, incluso las dirigidas contra las agrupaciones de la sociedad civil independiente, como los actos de repudio contra las Damas de Blanco. Esto lo hizo mediante una carta abierta publicada en el portal Café Fuerte, en el 2011.
La suma de sus actitudes nos revela que su empatía con el fidelismo y sus devastadores efectos económicos y sociales es agua pasada. Aunque no lo declare a voz en cuello, Milanés es, de acuerdo a los códigos que rigen en los dominios del neoestalinismo tropical, un disidente que no reprimen por tratarse de una figura de renombre internacional.
Cada pronunciamiento crítico que articula frente a las cámaras y los micrófonos de algún medio de prensa ayudan a desmontar la falacia de un modelo que anunció la plena satisfacción material y espiritual para todos y terminó codificando los suplicios y la desesperanza a lo largo y ancho de la Isla.
La evolución en la manera de pensar de Pablito, como es conocido entre sus fans cubanos, contrasta con el cinismo de Silvio, un gran compositor, pésimo cantante y aliado incondicional de la dictadura. A su proverbial falta de gracia hay que agregar su parcialidad a la hora de opinar sobre cualquier asunto sensible de la realidad nacional que afecte a la población. Jamás señala a la jerarquía inepta y corrupta como responsable de la infinidad de fracasos que se traducen en más penurias para la mayoría de las personas que viven en Cuba. Rara vez lanza, tímidamente, algún que otro dardo de poca monta, para, acto seguido, compensarlo con una ronda de loas a los máximos responsables de la ubicuidad de las ruinas, la escasez endémica y el miedo a expresarse sin medias tintas sobre cualquiera tema a causa del accionar arbitrario de la policía.
Pablo supera en todo a Silvio. No se trata de solo componer o cantar bien. Los artistas que se respeten deben ser consecuentes con lo que acontece en sus respectivos países, más cuando existe tanta miseria, injusticias de todo tipo y un vergonzoso desamparo legal, todo provocado por los caprichos de un reducido grupo de poder que insiste en la defensa de sus privilegios antes que garantizarle al pueblo una existencia digna.
Hace tiempo que ambos cantautores rompieron su amistad y no se saben las causas de la ruptura. Ahora, con la selección de canciones publicadas por la BBC, en la cual Para vivir aparece varios puestos antes de Ojalá, el trovador, que también fue miembro del unicameral parlamento, tutelado por el partido único, debe sentir más rechazo hacia su otrora amigo de descargas y conciertos.
Pablo Milanés es un cantautor versátil, sincero, carismático, humilde y transparente. Características que trascienden su legado musical. Silvio Rodríguez aprendió desde joven a adornar con acordes sus logradas metáforas. No lo hace mal. Su trayectoria se empaña con la irremediable desafinación, las actitudes mezquinas y el carácter huraño. Para decirlo en lenguaje popular: “es un bofe”. O sea, un tipo intratable, no apto para socializar.
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