LA HABANA, Cuba. – Dos años han transcurrido desde que el 27 de enero de 2019 un poderoso tornado atravesara la capital cubana, arrasando varias municipios. En la barriada de Luyanó, en Diez de Octubre, ya no se observan aquellas escenas de terror que circularon en medios y redes sociales, y que mostraban una ciudad totalmente destruida tras el azote del terrible fenómeno natural. No obstante, 24 meses después aún abunda la inconformidad por las “chapucerías” en los trabajos realizados por el Gobierno.
Los escombros que yacían por toda la barriada en ruinas desaparecieron; ahora solo queda polvo en aquellas calles donde apenas se podía caminar debido a los destrozos causados por el tornado, que dejó un saldo de seis fallecidos, más de 190 lesionados y unos 5.000 damnificados, según el reporte oficial.
Hoy en esa zona pueden verse casas nuevas y otras reparadas con visibles “chapucerías”, calificativo empleado por el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, para señalar el mal trabajo realizado en viviendas recién construidas.
Los entrevistados para esta historia coinciden en que fueron incumplidas todas las promesas del Gobierno tras el tornado y, aunque ya no es el mismo panorama de hace dos años, la mayoría de ellos no está conforme con las labores de construcción realizadas “porque (las brigadas de construcción) lo hicieron todo mal”, dicen.
Francisco Rivero Pérez, vecino de la calle Concha, en la barriada de Luyanó, explicó a CubaNet que la Dirección Municipal de Vivienda, meses atrás lo visitó y le informó que su vivienda ya estaba lista para residir en ella, pese a que el trabajo no había sido concluido.
“A mí no me han terminado esto todavía. Aquí vinieron, trabajaron, y hace como un año y pico se fueron y no han venido más. No han cumplido con lo que tienen que cumplir, no me han terminado nada”, dijo.
El anciano destaca que no está seguro de quién es el responsable de que se hayan incumplido las promesas del Estado, pero apunta al Gobierno municipal, el cual ha mentido sobre la terminación de su vivienda, señala.
“Ellos (Gobierno Municipal) dicen que todo esto está terminado ya. Por aquí vino hasta (la Dirección de) Vivienda con el papel de que ya esto estaba terminado, (listo) para entregar”, denunció.
Asimismo, insiste en que su hermana ha explicado esta situación ante el Partido Municipal y el propio Gobierno, donde le han asegurado que su problema será resuelto.
“Siempre dicen que sí, que sí, que la semana que viene, pero aquí no viene nadie”, afirmó.
Rivero Pérez emplaza a las autoridades para que nombren al culpable del incumplimiento o por lo menos señalen al responsable de terminar su vivienda. En ese sentido, dice, no espera que las respuestas se las dé el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, sino el Gobierno Municipal o la dirección del Partido del municipio Diez de Octubre.
“Llevo dos años en esto ya. Yo tengo una hermana de 78 años y tuve que mandarla para Cárdenas, Matanzas, porque era todo el día llorando. Yo ya estoy que no puedo más: estoy viviendo en casa de una hermana mía, en un cuartico estamos viviendo todo el mundo, y eso molesta porque ella tiene que tener su privacidad”, señaló.
Daisy Cepeda Martínez, otra de las afectadas por el tornado, denunció que cuando llueve su casa se moja completamente debido al mal trabajo realizado en el techo de su vivienda.
“Las tejas me las pusieron malísimamente mal. Me sale el agua por los rodapiés de la cocina. Mal, mal, mal. Las tejas esas están sueltas. ¿Usted sabe lo que yo tuve que ponerle a las tejas? Saco en las cuatro esquinas, para que el ciclón no se las fuera a llevar si venía”.
Según comenta esta vecina, aún sin concluir las reparaciones de las viviendas, las brigadas fueron retiradas del lugar y enviadas a otras obras. No se ofrecieron detalles a los vecinos, apunta. “Ellos decían que volvían, no sé cuándo, no se sabe cuándo, a terminar”.
Otra de las vecinas afectadas, en tanto, refirió que tuvo que acudir a los particulares para terminar los trabajos que habían dejado inconclusos las brigadas estatales.
Entretanto, la anciana Ada Martínez Hernández indicó que le dejaron las escaleras a medio terminar y que nunca le pusieron las barandas que le prometieron, a pesar del peligro que representa para ella esa zona de su vivienda.
“Todo lo que hicieron está malísimo, no hicieron nada que sirva, no cumplieron con nada”, se lamenta.
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