CDMX, México. – Esteban Lazo, presidente del Parlamento cubano, expresó su indignación por la escasez de alimentos en la Isla. Durante su intervención en la Comisión Permanente Agroalimentaria el 18 de julio, señaló: “La empresa estatal no está cumpliendo su papel. (…) Yo no he oído hablar todavía de los resultados. ¿Dónde están los resultados de todo eso? La fortaleza es que lo que se acordó, se haya cumplido”.
Y continuó: “Hace apenas seis años nosotros llegamos a producir aquí en Cuba 400.000 toneladas de arroz, casi el 50 por ciento de la canasta. En 2017, produjimos 200.000 toneladas de carne de cerdo, 600 millones de litros de leche… Ahora todo eso depende de las importaciones; el país no tiene dinero para importar y hoy enfrentamos esta grave situación… que la canasta no llega o llega partida por la mitad”.
Más adelante señaló: “Estamos ya muy cansados de programas, medidas, estudios, diagnósticos… ¿y la realidad dónde está? ¿La solución del problema dónde está? Todavía estamos discutiendo si se implementa bien o no, si se discutió adecuadamente en los municipios o no…. ¿Hasta cuándo vamos a estar en esta situación?”, se preguntó el dirigente.
Según las palabras de Lazo, son los funcionarios públicos cubanos quienes no hacen su trabajo. Sin embargo, como presidente del Parlamento desde febrero de 2013, no parece reconocer el fracaso del modelo de control absoluto del Estado sobre la economía. Por eso, por descubrir “el agua tibia” 32 años después del inicio del “Período Especial”, una época de vaivenes entre la hambruna fáctica y la hambruna latente en Cuba, fue ridiculizado en redes sociales.
Los cubanos, según el presidente del Parlamento, no pueden aspirar a alimentos accesibles, seguros y abundantes como los que tienen el resto de los países latinoamericanos. En cambio, el éxito o el fracaso se discute alrededor de una libreta de racionamiento que no permite una alimentación adecuada desde hace más de 32 años. A esta libreta de racionamiento Lazo le llama “canasta básica”.
En estas sesiones previas a las reuniones de las Comisiones Permanentes del Parlamento, los funcionarios responsables de la vivienda y el agua potable constataron el desastroso estado de estos servicios vitales para la población.
Vivian Rodríguez Salazar, directora general de la Vivienda, informó que hasta finales de mayo, de las 25.134 viviendas planeadas, solo se habían terminado 7.221, un 29 por ciento del plan anual. Delilah Díaz Fernández, directora general de Materiales de la Construcción, mencionó que el país cuenta con una estrategia de Desarrollo Tecnológico hasta el 2030, diseñada para incrementar las capacidades y satisfacer la demanda de materiales. Es decir, la funcionaria de Vivienda constata el incumplimiento del programa de construcción mientras que la responsable de los materiales de construcción promete una solución en el futuro lejano.
En relación al agua potable, Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), señaló la disparidad en el acceso al agua potable en Cuba. Alrededor de 3 millones de cubanos no tienen agua potable por el sistema hidráulico, y dos millones la reciben cada tres días o más por camiones cisternas. Solo en junio de este año, ocurrieron más de 260 averías que afectaron a 380.000 personas.
Sobre la energía eléctrica, en la sesión plenaria del Parlamento del 22 de julio, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, con aire triunfalista, informó que se están intentando reducir los apagones. En mayo, los apagones se redujeron en un 35 por ciento con relación al año anterior, y en junio, en un 62 por ciento con respecto al mismo mes del 2022. A pesar de anunciar una mejoría para el mes de julio, el ministro admitió errores de manipulación que ocasionaron apagones nacionales en cuatro ocasiones durante 10 días.
Estos datos reflejan la incompetencia del Gobierno para suministrar energía eléctrica a la producción y las viviendas, problema endémico desde la pérdida de los subsidios soviéticos en los inicios de la década de los años 90. Con la usual demagogia, De la O Levy felicitó a los trabajadores del sector y agradeció el apoyo de las Fuerzas Armadas en la aparente recuperación de la producción de energía eléctrica.
Sin embargo, dos días después de la intervención del ministro, en redes sociales y medios independientes se reportó una protesta en Centro Habana por los continuos apagones. “No solo tres días, son 10 días y nadie resuelve el problema. La comida se está echando a perder. Los niños casi ni duermen en la noche. No podemos usar los refrigeradores. Los de la Empresa Eléctrica vienen, supuestamente arreglan el problema. Pero solo dura 20 minutos y se vuelve a ir de nuevo la corriente. Basta ya, no somos carneros, simplemente seres humanos trabajadores y necesitamos vivir como personas”, escribió en Facebook una residente en la zona, confirmando la inestabilidad del servicio eléctrico que padecen desde hace varios días.
Entonces, ¿está el funcionario encargado de la cartera de Energía ignorando la realidad del país?
Con respecto a la inflación, el ministro de Finanzas y Precios llamó al control sobre los precios, medida que ha demostrado en varias ocasiones que, lejos de disminuir la inflación, la aumenta.
En su discurso final en la sesión plenaria del Parlamento, el presidente designado de Cuba, Miguel Díaz-Canel, anunció un programa de cambios estructurales y de estabilización macroeconómica para los próximos tres años. Es decir, el Gobierno pospone las posibles soluciones a la crisis, y por ahora solo crea nuevas comisiones. Por último, prometió medidas para hacer frente a la inflación, que oscila entre el 500 y el 600 por ciento. Es una promesa más de las muchas que ha hecho, sin resultados.
La falta de liderazgo político y económico en Cuba es evidente, el caos en el país es palpable, y la desesperación y el descontento de la población aumentan. La falta de libertades políticas y económicas, así como el mantenimiento del modelo estatal absoluto, son el muro de lamentaciones del Parlamento y el callejón sin salida de la política cubana.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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