MIAMI, Estados Unidos. – La palma real, emblema nacional de Cuba, con sus penachos brillantes, espléndida y alta, hoy tiene una de las mayores presencias en los llanos y montañas de Sancti Spíritus y otras regiones de la Isla, según reveló a la agencia estatal Prensa Latina el experto en flora cubana Abel Hernández.
En el norte de Sancti Spíritus, así como en zonas del Escambray, existen extensos palmares que ofrecen múltiples beneficios a los habitantes locales, incluyendo el uso de los troncos de las palmas en la construcción de viviendas rurales y cercas para el ganado.
La palma real es conocida científicamente como Roystonea regia (la palabra “regia” del latín significa real, del rey). Su elegancia y facilidad para cultivar la han convertido en uno de los elementos ornamentales más comunes en el mundo.
Aunque es originaria de la Isla, la palma real ha trascendido fronteras y se encuentra en zonas tropicales y templadas de varios países como México, Belice, Honduras, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Bahamas e Islas Caimán. Incluso se ha adaptado al clima europeo.
En Cuba, se le conoce con varios nombres como chaguaramo cubano, palmera real cubana, asahí, entre otros. Las familias rurales emplean sus diferentes partes para múltiples propósitos, desde la construcción hasta la medicina verde.
Además de la palma real, Hernández destacó la presencia de otras especies como la palma cana (Sabal causiarum), que se emplea en techos y labores de artesanía tradicional. Asimismo, resaltó el redescubrimiento en la Isla de una colonia de la Coccothrinax crinita, subespecie Brevicrinis, una palma endémica considerada extinta desde 1912.
Pero lo más novedoso, según el experto, es la palma azul, un nuevo grupo de palmera descrito por estudiosos de la Sociedad Cubana de Botánica en Sancti Spíritus, cuya primera observación fue en 1995.
Para concluir, Hernández enfatizó que Sancti Spíritus se encuentra entre las provincias con mayor densidad de la palma real en el país, destacando su presencia en diversos entornos. En palabras del experto, “las palmeras soportan el viento, se doblan y regresan, son las únicas que desafían las tormentas y los rayos al tener por encima de sus pencas un penacho que las coloca más cerca del cielo”.