MIAMI, Estados Unidos. – En una época de la Televisión Cubana que ahora parece dorada, las tardes eran para los niños. Los televisores Caribe o Krim-218 se encendían, y con ellos, la ilusión de toda una generación.
Hoy, nos sumergimos en la nostalgia para recordar seis de los programas infantiles más emblemáticos que marcan a quienes fueron niños en Cuba en la década de 1990.
Los seis programas enumerados no necesariamente se estrenaron en esos años. Algunos venían de la década anterior, pero se seguían transmitiendo en la TV Cubana. Otros se reponían una y otra vez, por lo que acompañaron no a una, sino a varias generaciones.
La tía Tata cuenta cuentos: Este espacio ha sido un ícono de la programación infantil en Cuba. Durante más de dos décadas, los títeres de La tía Tata aportaron su dosis de magia a las tardes de los niños cubanos, marcando la infancia de muchos con canciones e historias inolvidables.
Toqui: Esta marioneta, originalmente creada en Ecuador en la década de los 70 por la cubana Ana María Salas, se ganó el corazón de los niños de la Isla con su ternura y su forma única de enseñar la historia universal. Toqui es un recuerdo imborrable en la memoria de varias generaciones de cubanos.
Arcoíris musical: Desde finales de los años 80, este programa entretuvo a los niños cubanos con sus emblemáticos títeres Tristolino y Alegrina y una variedad de canciones que se quedaron en la memoria de los pequeños. ¿Quién puede olvidar Abuela, ¿qué pasaría??
Pocholo y su pandilla: Este programa se convirtió en un clásico de las mañanas dominicales para los niños de los 90. A través de una combinación de escenas dramatizadas y juegos, Pocholo y su pandilla brindaba entretenimiento y aprendizaje a los niños de la Isla.
Tato y Carmina: En medio del Período Especial, apareció este espacio protagonizado por dos niños que se encargaban de transmitir lecciones de vida. De ese modo, Tato y Carmina llegó a convertirse en un programa infantil entrañable que todos los cubanos de esa época recuerdan.
El camino de los juglares: Todavía consigue despertar sentimientos muy diversos en quienes lo disfrutamos o sufrimos en nuestra infancia. Para algunos, lo mejor de esta aventura de títeres fue El Güije, uno de los personajes mitológicos cubanos más populares, con sus pegadizos e inolvidables estribillos musicales. Otros personajes inolvidables fueron Florencia, una sabia jicotea; y la jutía Carmelina Repollo, una simpática guajira.
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