El fiscal laboral de Brasil Sebastiao Caixeta anunció que exigirá al gobierno corregir lo que calificó de “ilegalidades” para garantizar que los cubanos reciban las mismas condiciones salariales que los profesionales brasileños y de otros países que participan en el programa.
La semana pasada la cubana Ramona Matos Rodríguez abandonó su puesto médico en la localidad amazónica de Pacajá reclamando que recibía solo 900 reales mensuales (375 dólares) mientras sus colegas de otros países obtenían el salario completo de 10.000 reales (4.165 dólares). La médica recibiría otros 600 dólares mensuales en Cuba.
Un nuevo caso de deserción se conoció el lunes cuando Ortelio Jaime Guerra publicó en su perfil de Facebook que había dejado su puesto en Pariquera-Acu, en el interior del estado de Sao Paulo, y se había ido a Estados Unidos.
El Ministerio de Salud confirmó que Más Médicos continúa en pie y no sufrió ninguna turbulencia a causa de las deserciones, que fueron consideradas mínimas frente a la presencia de 9.500 médicos, en su mayoría cubanos. El gobierno espera contar con 13.000 participantes a finales de marzo.
La iniciativa de llevar atención en salud a áreas carentes ayudó a apuntalar los índices de popularidad de la presidenta Dilma Rousseff, quien aspira a la reelección en los comicios de octubre. Pero generó rechazo en las organizaciones médicas brasileñas que cuestionaron la supresión del examen de revalidación del título de mèdico para los cubanos.
El fiscal Caixeta interrogó a la médica Ramona Matos y ratificó: “Hay un incumplimiento de las leyes laborales. En el contrato no hay previsión de pago de vacaciones ni de aguinaldo”.
El diario Folha de S. Paulo publicó el lunes que el gobierno estudia renegociar el contrato con La Habana para aumentar el pago a los médicos cubanos, pero la versión no fue confirmada por autoridades brasileñas.
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