Entre las 178 actividades aprobadas el pasado año por el régimen de La Habana para el ejercicio del trabajo por cuenta propia en Cuba, figuran algunas particularmente llamativas.
En la categoría de “figuras costumbristas”, por ejemplo, llaman la atención “la habanera” y la cartomántica, sin que pueda establecerse con certeza qué es o hace una habanera por cuenta propia más allá de haber nacido en la capital cubana.
En una relación de nuevos oficios tolerados publicada en el verano pasado por el periódico del Partido Comunista, Granma, aparecen también “la exhibición de perros amaestrados” y los “figurantes”.
Lo que no fue posible encontrar en el listado, pero que demuestra la infinita capacidad para ganarse la vida de que pueden alardear algunos cubanos, es un oficio por cuenta propia para el que se requiere mucha sangre fría y paciencia asiática: la extractora de piojos y liendres.
Se presume que no constituye un oficio tolerado por las autoridades cubanas, pero lo cierto es que aquellos piojosos que viajen a La Habana o vivan en ella, ya tienen quien (o quienes) les pueden echar una mano en la tortuosa tarea de desembarazarse de estos parásitos.
Una de estas “trabajadoras del cabello”, llamada Magalis, anuncia sus destrezas abiertamente, con un aviso pegado a la ventana de su vivienda de la periferia habanera, como puede apreciarse en la foto que acompaña esta nota. No supo deletrear correctamente la palabra “Liendres”, pero seguramente no dejará piojo con cabeza en las cabezas de sus clientes. Que es, al fin y al cabo, de lo que realmente se trata.
Tomado de Neo Club Press