La Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania ha anunciado que celebrará una sesión extraordinaria a comienzos de la próxima semana para afrontar la crisis actual y debatir, entre otros asuntos, la continuidad del Gobierno del primer ministro Nikolái Azárov, dijo este jueves el presidente del Legislativo, Vladímir Ribak. Mientras, los manifestantes antigubernamentales han dado a conocer una tregua de varias horas en sus enfrentamientos con la Policía en Kiev, para permitir que se desarrollen las conversaciones entre el presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, y los líderes opositores.
Los manifestantes, que han estado lanzando cócteles molotov y adoquines contra los agentes antidisturbios, han comunicado al dirigente opositor Vitali Klitschko que suspenderán sus acciones hasta las 20.00 horas (19.00 hora peninsular española).
Hay muchos asuntos que hay que resolver en la sala de sesiones y no en la calle. La oposición y la mayoría deben reunirse y debatir los problemas que surgen: la renuncia del Gobierno y los problemas con las leyes (que recortan los derechos de manifestación) que adoptó la Rada”, aseguró Ribak tras reunirse con el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich.
La convocatoria de la sesión extraordinaria de la Rada fue sugerida por el jefe del Estado horas antes de una reunión prevista con la oposición parlamentaria, que le exige, entre otras cosas, la dimisión del Gobierno en pleno y la revocación de las leyes que califican de represivas.
Después de los fuertes enfrentamientos registrados este miércoles en Kiev y las negociaciones de los líderes de la oposición y el jefe del Estado Mayor, Víctor Yanukóvich, los manifestantes han dado un ultimátum al Gobierno ucranio para que acceda a la firma de un acuerdo con la Unión Europea. La tensión no se ha rebajado en unas últimas 24 horas en las que ha hablado el presidente ruso, Vladímir Putin, diciendo que está preocupado por “la injerencia de países extranjeros en los asuntos internos de ese país”.
“No podemos entender de ninguna manera que embajadores de Estados extranjeros, que trabajan en Kiev, digan qué deben hacer las autoridades de Ucrania, de dónde debe sacar a las fuerzas policiales, las tropas, etcétera”, ha señalado Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso. “Para nosotros esto es una historia totalmente inaceptable. Y por supuesto no podemos aprobarlo y provoca nuestra preocupación”, ha agregado Peskov, en una entrevista que publica el diario Komsomólskaya Pravda.
El portavoz presidencial se refería a las continuas declaraciones de dirigentes y embajadores de países de la Unión Europea y de Estados Unidos en favor de los manifestantes opositores que desde hace más de dos meses protestan en Kiev y otras ciudades ucranianas para pedir la firma de un acuerdo con la UE y la dimisión del Gobierno.
La situación en la capital ucraniana se ha agravado en los últimos días y la violencia se ha recrudecido especialmente desde ayer, miércoles, con continuos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas antidisturbios. Según médicos de la oposición, en los disturbios han muerto ya cinco personas, aunque las autoridades solo han confirmado la muerte de dos manifestantes.
Por su parte, la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania ha anunciado que celebrará una sesión extraordinaria a comienzos de la próxima semana para afrontar la crisis actual y debatir, entre otros asuntos, la continuidad del Gobierno del primer ministro Nikolái Azárov, anunció hoy el presidente del Legislativo, Vladímir Ribak.
Hay muchos asuntos que hay que resolver en la sala de sesiones y no en la calle. La oposición y la mayoría deben reunirse y debatir los problemas que surgen: la renuncia del Gobierno y los problemas con las leyes (que recortan los derechos de manifestación) que adoptó la Rada”, aseguró Ribak tras reunirse con el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich.
La convocatoria de la sesión extraordinaria de la Rada fue sugerida por el jefe del Estado horas antes de una reunión prevista con la oposición parlamentaria, que le exige, entre otras cosas, la dimisión del Gobierno en pleno y la revocación de las leyes que califican de represivas.
- El País, España