LA HABANA, Cuba.- Todo parece indicar que en estos últimos meses la economía cubana no marcha de acuerdo a lo planificado por el gobierno.
En el puerto de la Habana, por más de dos meses han permanecido retenidas más de 20 000 toneladas de arroz y frijoles, que por falta de camiones no se han podido extraer y llevar a los destinos de venta del comercio minorista.
Sobre este asunto, la periodista María de las Nieves Galá, del semanario Trabajadores, en un artículo publicado el 6 de junio titulado “Almacenes llenos y barcos estancados” aborda parcialmente las causas del abarrotamiento de mercancías en las terminales portuarias Andrés González Lines y Haiphong.
Lo que ha acontecido en dichas terminales refleja lo mal que marcha la actividad trasportista y los daños que ocasiona su estado a la economía cubana.
En cuanto a información que se le brinda al pueblo, el régimen no tiene cabos sueltos. Que le hayan dado la orden al semanario Trabajadores y de informar sobre las miles de toneladas de arroz y frijoles sin ser extraídas de los almacenes en el puerto de La Habana busca demostrar que el gobierno está al tanto de todo lo que acontece en la economía cubana, y que ante las deficiencias se tomarán medidas para que no se repitan.
Como reflejó la periodista María de las Nieves Galá, por falta de camiones y casillas, un barco cargado de frijoles tendrá que permanecer en puerto unos 60 días, con el pago de miles de dólares diarios por concepto de estadía. Se comprenderá las afectaciones que esto provoca al erario público.
Es crítica la ausencia de medios de trasportación para la extracción normal de mercancía de los barcos y realizar la descarga en el tiempo planificado.
De las 28 brigadas de estibadores responsabilizadas de extraer las mercancías y depositarlas en los camiones, solo ha trabajado una por turno, que extrae 70 u 80 toneladas por vez. El resto de los estibadores son declarados “interruptos” y enviados a sus casas.
A pesar de la puesta en vigor de la Resolución No.6 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, los estibadores, debido a las dificultades para la extracción de mercancía, han visto sus salarios seriamente afectados.
La planificación que rige la cadena puerto-trasporte, la economía interna y las empresas trasportistas, es un desastre. Es mucha la ineficiencia y el mal trabajo de las empresas de trasporte de carga por camiones y ferrocarril.
A la falta de casillas, se suma el hecho de que las que están cargadas permanecen hasta seis días para ser sacadas del puerto, a la espera de los alambrones que se emplean para el sello de seguridad y proceder a su traslado al punto de destino.
Hace varios días, en un reportaje del periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana Lázaro Manuel Alonso, también se abordó el tema de las mercancías estancadas por dos meses en el puerto habanero.
El periodista dijo que con el arribo de dos o tres buques al puerto, se supera la capacidad de almacenaje y de descarga.
Debido al prolongado tiempo de permanencia en los almacenes, más de 4 000 toneladas de arroz se han infectado de una plaga de lepidópteros, lo cual requiere hacer muchos gastos en el proceso de fumigación para su eliminación. Se requerirá el empleo del Kampen, que es muy caro.
Según Lázaro Manuel Alonso, el arroz y frijoles varados en los almacenes del puerto por falta de transporte tenían como destino la canasta familiar normanda y la venta liberada a la población.
Para intentar darle una solución al problema, los burócratas del Ministerio del Trasporte se reunieron con directivos del puerto y transportistas y acordaron un plan emergente, pero iniciada la segunda semana de junio el problema de la extracción de las mercancías del puerto continuaba sin resolverse. El plan emergente aprobado tampoco se había cumplido.
A las 20 000 toneladas de arroz y frijoles que esperan por su extracción se suman 2 000 toneladas de urea, que es utilizada como fertilizante, y que por más de 50 días han permanecido en los almacenes del puerto. Todavía no hay señales de que la Empresa de Logística de la provincia Artemisa, perteneciente al Grupo Gelma del Ministerio de la Agricultura, proceda a su extracción, a pesar de que tanto necesitan ese fertilizante los productores del campo para la obtención de buenas cosechas.
Mientras los almacenes permanezcan abarrotados de mercancías y la trasportación se cumpla a cuenta gotas, hay que pagar 7 000 dólares diarios por concepto de estadía, lo cual incide negativamente en los costos de estas empresas portuarias y trasportistas, por ende en el salario de los trabajadores, y a fin de cuentas, en la economía nacional.
Los burócratas del Ministerio del Trasporte evitan cargar con la responsabilidad por los miles de toneladas de alimentos y de fertilizantes retenidas por meses en el puerto de La Habana.
La planificación, como método de dirección de la economía, ha vuelto a fracasar.
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