BAYAMO, Cuba.- Cuando el gobierno cubano anunció a “bombo y platillo” la implementación del trabajo por cuenta propia, la sociedad civil en la Isla valoró como positiva esa apertura a lo privado, antes impensable. La puesta en marcha de esta modalidad económica vendría a paliar el déficit de empleo estatal y posibilitaría la creación de una cultura mercantil novedosa y necesaria a la vez.
Sin embargo tales expectativas, con el paso del tiempo, han disminuido. Los antes entusiasmados cuentapropistas ven solo persecución, extremo control e imposición de multas de manera reiterada y abusiva.
José Rolando Fernández Domínguez, vecino de la ciudad de Bayamo, es vendedor por cuenta propia en la zona de la terminal de trenes.
José afirma que la policía lo acosa constantemente, le impone multas de 1500 pesos, según él de forma injusta pues es miembro de una organización opositora. Así, le es imposible mantener a su octogenaria madre, enferma de demencia senil y sin asistencia económica pues la Seguridad Social retiró su chequera.
En el Reparto Camilo Cienfuegos de Bayamo, Carlos Alvarado Rodríguez tiene un local de ventas de productos ligeros, llamado Las Delicias. Allí vende minutas de pescado, frituras, croquetas, entre otros, a precios accesibles para sus vecinos.
Conversando con Carlos, éste afirmó: “Llevo más de tres años con mi local, pero ya estoy cansado de que los inspectores cada 15 minutos me estén acosando, pues para todo hay una multa. Puedes ver que siempre mantengo el local limpio. La última multa que me impusieron por un papel que se encontraba en el piso fue de 700 pesos, y para hacer esa cantidad de dinero debo trabajar dos días. Estoy mirando que para todo es una multa.”
Ana Rodríguez, vecina y clienta del lugar, comenta:” Yo todos los días compro la merienda de mi nieto aquí, pues a él lo que más le gusta es la fritura y a mí también me encanta. Este local resuelve más que los estatales. Los productos tienen buena elaboración y se sirven con higiene. Da tremendo gusto comprar aquí, sin embargo tienen un abuso con el muchacho, pues a cada rato lo quieren multar.”
Desde muy temprano en la mañana los vendedores ambulantes se hacen escuchar. El llamado llega a través de sus pregones, ofertando productos como especies, viandas, frutas y verduras, productos que hoy en día difícilmente se pueden adquirir en los agros estatales de la ciudad.
Estos vendedores en los últimos tiempos están disgustados, pues ya no solo los inspectores les persiguen, sino que también se ha sumado la policía, imponiéndoles multas a la más mínima oportunidad.
Uno de ellos, Juan Rafael Góngora, comenta:” Todos los días es lo mismo, pues nosotros tenemos que caminar toda la ciudad para vender y poder llevar dinero a casa. Si esto sigue así yo dejo de vender, pues estamos pagando patente, seguro social y para colmo el salario de los funcionarios de la policía, pues las multas que ellos nos fijan son parte de un plan que tiene el MININT para justificar su estimulación. Ya no sé qué es mejor, si trabajar escondido y no darle nada a ningún descarado de estos. Salir a luchar a las calles está cada día más duro. Nos están exprimiendo los bolsillos. Ahora mismo me han quitado 100 pesos por una multa, porque estaba situado en mal lugar. Mañana, ¿qué sigue?”
Yesenia Ramos, vendedora, nos dice:” Mi pareja y yo llevamos varios meses trabajando en esto y es duro, pues caminamos mucho. Súmale a eso que todos esos productos los compramos a los campesinos en los lugares donde se cultivan, para asegurar la variedad, además debemos pagar la transportación. Sin embargo, al llegar aquí, nos esperan multas por el motivo que se le ocurra al inspector o policía que nos encontremos. Es muy agotador trabajar así.”
Otros trabajadores cuentapropistas entrevistados han afirmado que entregarán sus patentes pues ven que las ganancias son para el Estado y no para ellos. Consideran que se ha creado un mecanismo de financiamiento desde la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT) para que siempre se deba pagar, más de lo acordado en sus respectivos contratos.
Buscamos indagar sobre el tema con funcionarios de esta dirección gubernamental y acudimos a Mabel Palomino, subdirectora local, quien declaró: “Por parte mía y el compañero Juan Miguel Cabrales, director, quiero informar que en lo que va de año se han entregado muchas licencias de cuenta propistas. Las quejas no se dirigen a nosotros, sino al sistema que es considerado por ellos parcializado. También hemos recibido quejas del trabajo de los inspectores y de la policía, por ello consideramos que el asunto debe elevarse al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Proponemos además a las personas que se sientan acosadas, acercarse y formular denuncia, ante aquellas instituciones por las que se sienten agraviadas. Ratificamos que las inconformidades recibidas no son hacia el trabajo de la ONAT sino hacia aquellas que indirectamente inciden en el trabajo del cuenta propia.”
Deficiencias para caracterizar el trabajo por cuenta propia en Cuba existen muchas. La carencia de lugares en donde adquirir al por mayor los productos que viabilicen la labor de los trabajadores que han escogido este forma de ganarse la vida; la falta de control de los funcionarios encargados de evaluar y hacer cumplir lo legislado, evitando así la corrupción operante; y la nueva valoración de los impuesto a pagar, serían asuntos a examinar en busca del perfeccionamiento de este nuevo y necesario sector económico.