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LA HABANA, Cuba.- En homenaje al fallecido poeta Juan Carlos Flores, se realizó entre los días 20 y 22 de octubre la primera edición del evento “Otro Poeta Suicida”. Poetas y artistas participaron en las jornadas que se desarrollaron en la sede del Museo de la Disidencia, ubicada en la calle Damas No. 955, entre San Isidro y Ave. del Puerto, Habana Vieja.
Según sus organizadores, el poeta Amaury Pacheco y el Museo de la Disidencia, además de intentar rescatar los otrora “Poesía sin Fin”, eventos que se realizaban en Alamar y aunaban a una gran cantidad de poetas y calidades durante tres días con sus noches, se trata de “un festival constante”, con el propósito de incluir diferentes estéticas y lograr la participación de jóvenes poetas.
Un tema de peculiar sensibilidad resultó el suicidio, pues el poeta de Alamar, catalogado por muchos como el mejor de su generación, se suma a una larga lista de suicidas que integran valiosos exponentes de la lírica cubana como Ángel Escobar y Raúl Hernández Novás.
“¿Por qué las personas se suicidan? ¿Por qué en Cuba existe un índice tan alto de suicidios?”, se preguntó la historiadora del arte Yanelys Nuñez Leyva, miembro del Museo de la Disidencia y coordinadora del evento, que contó además con una sala donde se expusieron objetos personales del poeta, mientras una grabación reproducía, en la propia voz de Flores, algunos de sus textos.
Poetas como Sinecio Verdecia, Osmel Almaguer, Yanier H. Palao e Irina Pino, que conocieron a Flores, se unieron a otros más jóvenes como Antonio Herrada, Katerine Bisquet y Ariel Maceo. Asimismo, los filólogos Laura Lai y Julián Bravo Rodríguez brindaron conferencias sobre poetas suicidas y Juan carlos Flores, respectivamente, en el Segundo y tercer días del evento.
Yasser Castellanos y el dúo de género Hip hop La Alianza, entre otros, animaron las sesiones en la comunidad de San Isidro, con comienzo a las cinco de la tarde y sin hora de fin definida.
San Isidro es conocida por albergar a algunos de los más notorios “chulos” (proxenetas) de la primera mitad del siglo veinte en La Habana.
El poeta Juan Carlos Flores padeció una esquizofrenia que se agudizó en los años finales de su vida. Esta enfermedad esta implícita en sus dos últimos libros publicados, Distintos modos de cavar un túnel y El contragolpe, con estructuras cíclicas y circulares donde lograba un efecto de hastío y obsesión.
Flores fue miembro del grupo Zona Franca que luego se asoció a OMNI, y cuyos performances y poemas pusieron en alto la marginalidad del reparto Alamar con cada edición de “Poesía sin Fin”.
Es posible que “Otro Poeta Suicida”, en esta ocasión dedicado a Juan Carlos Flores, sea distinto al espacio que lo inspira, que cambie en los años venideros de nombre y de motivos, pero como dijera Amaury Pacheco, amigo de Flores, “se trata de festejar con la poesía todo lo que pueda ser festejado con la poesía”.