LAS TUNAS, Cuba. -La pasada semana un truck tráiler procedente de Tampa, Florida, arribaba a McAllen, Texas. A su llegada dijeron al conductor Enio Labrada, un cubano-americano, que aún su carga no estaba lista. Pero poco después, junto al Peterbilt floridano aparcó otro camión con remolque, llegado de Reynosa, México.
El conductor llegado de Reynosa, dijo a este reportero que venía transportando poco más de cuarenta mil libras de aguacates, que, prontamente, los del almacén de McAllen traspasaron al camión de Florida, despachándolo rumbo a New Jersey.
En la cadena de supermercados Walmart, un paquete con cuatro aguacates importados de México suele costar $ 3.80.
Este sólo es un ejemplo, presenciado por este corresponsal en la frontera de Estados Unidos con México. Pero basta echar un vistazo a las etiquetas de los productos agrícolas en cualquier supermercado estadounidense, para comprobar orígenes y precios, ya sea por libras o por unidades:
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Plátanos de Ecuador, a $ 0.78 o $ 0.33
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Mangos de Brasil a $ 1.28
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Piñas de Costa Rica a $ 2.98
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Papayas de Guatemala, $ 1.18
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Cocos de República Dominicana a $ 1.98
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Limones de México a $ 0.58
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Un paquete de tres libras con mandarinas del Perú, $ 5.97
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Un paquete con cinco tomates importados de Canadá, $ 1.68
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Cebollas del Perú, $ 1.38
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La libra de malanga importada de Ecuador, $ 1.98
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La libra de yuca importada de Costa Rica, $ 0.98
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Un paquete con seis pepinos canadienses, $ 2.98
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Pimientos, también canadienses, $ 1.68, cada uno
Los precios pueden variar, según la estación, la oferta, la demanda o el vendedor; esta solamente es una muestra de la presencia del agro latinoamericano en el mercado estadounidense.
Todos estos productos pueden producirse en Cuba, y, salvo las frutas de estación, las plantas de huerta bien pueden rendir varias cosechas al año. Cuarenta y cinco días es el ciclo de lechugas y pepinos; y sólo poco más de cien días demora la cosecha de pimientos y tomates.
Una planta nativa y de fácil cultivo, la yuca, que de Estados Unidos suelen importar de Costa Rica, y está dentro de los hábitos alimentarios del cubano, que, incluso, integra nuestra cultura, recuérdese el casabe, el “pan de casabe” llevado de América por Cristóbal Colón al Viejo Mundo, hoy en Cuba es cara y no siempre está al alcance de los cubanos. En dependencia del vendedor y del lugar, una libra de yucas suele costar dos pesos, y dos la torta de casabe. El Estado vende a ochenta centavos la libra de yuca. Y, no se olvide que el salario promedio en la Isla, es sólo de unos cuatrocientos pesos mensuales, unos veinte dólares.
Más que exigir el cese del embargo estadounidense, el régimen de La Habana debería desbloquear las fuerzas productivas en Cuba, que hoy, atadas por un estatismo disfrazado de aparentes “cuentapropistas”, por pura abulia, desgano, falta de incentivos, o como quiera llamársele, son incapaces de producir no ya leche, frijoles, carne y arroz, sino hasta nuestras yucas ancestrales.
(Alberto Méndez Castelló es un periodista independiente residente en Cuba, colaborador de Cubanet, que estuvo de visita en los Estados Unidos por motivos familiares)