LA HABANA, Cuba. – Aunque Susana Castellano Cueva, una joven de 23 años a punto de dar a luz, ha denunciado por todas las vías posibles las condiciones en las que se encuentra su vivienda (sita en la calle Virtudes, entre Águila y Amistad, en el municipio Centro Habana), sigue viviendo bajo peligro de derrumbe.
Hasta el momento, las autoridades del régimen solo le han ofrecido justificaciones y maltratos en vez de soluciones concretas, sostiene.
“Cuando compré la vivienda hace dos años y medio tenía un falso techo. El primer derrumbe fue en el mes de febrero y enseguida lo reportamos; vino el arquitecto y dijo que estaba inhabitable, [lista] para demolición, pero arriba de esta casa hay dos pisos más y para demolerla entonces tendría que ser prácticamente todo el edificio”, explica.
A pesar de que la joven de 23 años se encuentra a término de su embarazo ha visitado todas las instituciones estatales relacionadas con su caso: Asamblea Municipal del Poder Popular de Centro Habana, Vivienda, Seguridad Social, Consejo de Estado y “hasta la casa del presidente Miguel Díaz-Canel”.
“He hecho todos los trámites y no se me da una solución. En mayo sucedió el segundo derrumbe, estaba durmiendo y en la misma cama me cayeron escombros. Al otro día me fui para el Gobierno [municipal de Centro Habana] con todas mis pertenencias: cama, frío [refrigerador], televisor… y los puse afuera”.
Según relata la joven, en la institución le aseguraron que iban a solucionar su caso y la convidaron a reunirse con los directivos de Vivienda. Sin embargo, al salir, sus pertenencias las habían montado en un camión, enviado a su dirección y lanzado en la calle, apunta.
“Me dijeron también que si yo no tenía un vecino que me albergara que entonces me quedara durmiendo en el pasillo y así lo hice por cinco días. Luego volví a llevar todas mis pertenencias para el Gobierno y me mandaron para el hospital materno, en el cual estuve una semana”.
Embarazada cubana en vivienda con peligro de derrumbe denuncia total desamparo
Castellano Cueva agrega que también visitó en vano el Consejo de Estado, por lo que se dirigió con su madre al domicilio de Díaz-Canel.
“Apenas llegamos allí al momento aparecieron dos patrullas; nos montaron y nos condujeron para la Unidad de la PNR de Playa. Allí me atendió un agente de la Contrainteligencia y me dijo que no tenía respuesta para mí”.
La joven asegura que, recientemente, “para salir del caso”, le ofrecieron ocho bolsas de cemento (compradas con su dinero) para que tratara de arreglar la casa, a pesar de la orden de demolición que se emitió.
“Esto no se puede arreglar; yo no puedo pasar por encima de lo que informó el arquitecto, un profesional que dijo que esto había que demolerlo y hacerlo nuevo. Con ocho bolsas de cemento no alcanza, porque además hay que comprar más materiales”.
Castellano Cueva padece hipertensión y epilepsia. Asegura que está desesperada y responsabiliza al régimen, a los dirigentes del Gobierno de Centro Habana y de Vivienda de lo que pueda sucederle a ella o al bebé a punto de nacer.
“Ya yo no sé a quién dirigirme, a dónde ir. Si no me dan una solución cuando dé a luz iré con mi bebé, una vez más, a casa de mi presidente”, afirma.
Por la pésima situación habitacional que existe en el país, muchas mujeres, madres principalmente, han irrumpido en los últimos meses en diferentes locales del Estado que por años han permanecido cerrados, para asegurar sus vidas y las de sus hijos.
Muchas de estas madres habitaban en viviendas en pésimas condiciones o en edificaciones con peligro de derrumbe.
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