LA HABANA, Cuba, 14 de mayo (Leannes Imbert Acosta, 173.203.82.38) – El número de personas con infartos y otros problemas serios de salud durante el largo e incómodo viaje del tren que recorre el trayecto entre La Habana y Guantánamo, ha aumentado considerablemente en los últimos meses.
Según testimonios de personas que con frecuencia transitan en ese tren los más de 800 kilómetros entre las dos ciudades, en casi todos los viajes la tripulación debe enfrentarse a situaciones de personas con crisis de hipertensión arterial, de diabetes y, sobre todo, infartos cardíacos.
El tren debe realizar el recorrido entre 16 a 18 horas, sin embargo, debido al mal estado de las locomotoras y las vías ferroviarias, el viaje se extiende desde 24 a 36 horas. Esta demora en el trayecto, unida al pésimo servicio que existe en el tren (no hay agua potable, ni servicio de cafetería, que obliga a los viajeros a alimentarse gracias a los vendedores clandestinos en los pueblos donde paran), influyen en la delicada salud de algunos pasajeros.
Un ferroviario que trabaja en el tren y que no quiso ser identificado, comentó que “podría asegurar que en cada viaje de ida y regreso a La Habana, hay algún infartado o algún viejito diabético al que tenemos que dejar en el hospital de alguna provincia”.
Se ha podido constatar en los frecuentes viajes que realiza esta reportera a Guantánamo que, a pesar de las numerosas quejas de los viajeros, las condiciones del tren empeoran cada día, sin que se tomen medidas al respecto.