LA HABANA, Cuba (Agencias, 173.203.82.38) – Las autoridades eclesiásticas cubanas calificaron la ocupación de la iglesia de Nuestra Señora de La Caridad por trece disidentes, en La Habana, como un “acto ilegítimo e irresponsable”, porque perturba la paz de los feligreses en oración y desconoce la potestad del sacerdote.
“Nadie tiene derecho a convertir los templos en trincheras políticas. Nadie tiene derecho a perturbar el espíritu celebrativo de los fieles cubanos, y de muchos otros ciudadanos, que aguardan con júbilo y esperanza la visita del Santo Padre Benedicto XVI a Cuba”, declaró el portavoz del Arzobispado de La Habana, Orlando Márquez Hidalgo en nota de prensa oficial publicada el 14 de marzo que reprodujo Diario de Cuba.
El texto agregó que se reportaron situaciones similares al amanecer del miércoles en diferentes iglesias de la isla, “pero los ocupantes ya habían abandonado los templos.”
“Hemos recibido comunicación de que otros grupos y personas disidentes fueron convocados a ocupar templos en otras diócesis –indicó Márquez Hidalgo en el documento- pero se negaron a hacerlo por considerarlo una actitud irrespetuosa hacia la Iglesia.”
Diario de Cuba informó que le obispo de Holguín, Emilio Aranguren Echeverría, dirigió personalmente el desalojo de opositores de la Catedral San Isidoro de Holguín, según dijeron disidentes que estaban en el templo. De acuerdo con la disidente María Antonia Hidalgo, monseñor Aranguren “se portó peor que un policía”.
“Yo estaba reportando por teléfono, y el obispo se me tiró arriba y me dio un manotazo para quitarme el teléfono”, señaló Robiel Cruz Campo, uno de los plantados en la catedral holguinera.
Según Cruz Campo, el obispo Aranguren avisó a los ocupantes del templo que “su gente” se encargaría de desalojarlos si no abandonaban el templo, y así sucedió. “¿Cómo es posible que nos saquen a empujones de la casa de Dios?”, se pregunta el opositor.
El encierro finalmente duró unas ocho horas. Durante ese tiempo, las autoridades religiosas cortaron la electricidad de la Catedral.
Por otra parte, la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, encabezada por la opositora Marta Beatriz Roque Cabello, emitió una declaración en que manifestó su desacuerdo con utilizar los templos para fines que no sean los religiosos.
“Los miembros de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios (RCCC) queremos dejar constancia de nuestro desacuerdo en utilizar la Iglesia Católica para fines políticos en cualquier sentido”, aseguró Roque Cabello.
“La Iglesia es un lugar de oración, de encuentro personal con Dios, de paz y de amor. Los que la conformamos debemos respetarla y velar por que otros también lo hagan. No permitamos que hayan provocaciones que quieran poner en tela de juicio el sentido de la fe de los católicos cubanos que cuando están fuera del templo disienten del régimen que nos oprime”, agregó.
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