CIUDAD DE MÉXICO, México.- Una tormenta geomagnética de gran intensidad en la atmósfera terrestre desencadenó una dramática explosión solar, que se hizo visibles auroras boreales al sur como Florida y de California y también en algunos puntos de Cuba.
Se trata de la mayor tormenta de este tipo que se ha producido en la Tierra desde 2003.
Espectaculares imágenes del fenómeno fueron captadas por el aficionado a la meteorología Norge A. Gallardo Quesada, quien compartió la noche de este viernes fotos inusuales al norte de Gibara, Holguín.
“Debido a la llegada de una tormenta solar extrema. ¡Un espectáculo único! ¡Nunca pensé poder verlas!”, escribió con entusiasmo en su perfil de Facebook.
Los efectos de la tormenta solar podrían prolongarse durante el fin de semana, ya que un flujo constante de emisiones procedentes del Sol sigue bombardeando el campo magnético del planeta.
La actividad solar es tan intensa que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, que vigila la meteorología espacial, emitió por primera vez en 19 años una alerta de tormenta inusual, que luego fue elevada a advertencia. La agencia comenzó a observar estallidos en la superficie del sol el miércoles, con al menos cinco en dirección a la Tierra.
Mike Bettwy, jefe de operaciones del Centro de Predicción Meteorológica Espacial de la NOAA, declaró en una conferencia de prensa el viernes por la mañana: “Lo que esperamos para los próximos días debería ser más significativo de lo que hemos visto hasta ahora”.
Este fenómeno podría poner en peligro las redes eléctricas, según la NOAA, cuya alerta de esta semana decía esperar “posibles problemas generalizados de control de voltaje” y que “algunos sistemas de protección pueden desconectar por error activos clave de la red eléctrica”.
En 1989, un fenómeno meteorológico de este tipo provocó un apagón masivo en Quebec (Canadá) durante más de nueve horas después de que las fluctuaciones geomagnéticas dañaran transformadores y otros equipos importantes.
Otra tormenta, observada en 2003, fue lo bastante fuerte como para provocar cortes de electricidad en Suecia y dañar transformadores en Sudáfrica.
La mayor tormenta geomagnética conocida de la historia, el fenómeno Carrington de 1859, provocó chispas e incendios en estaciones telegráficas.