AREQUIPA, Perú.- Las obras del Castillo de los Tres Reyes del Morro, una de las fortificaciones más emblemáticas de La Habana, Cuba, comenzaron en 1589. Sin embargo, mucho antes de su construcción, los habitantes de la ciudad utilizaban las alturas donde se erigiría el fuerte como puntos de vigilancia para detectar la presencia de naves enemigas. Desde 1563, una torre se alzaba en ese lugar, ofreciendo una mejor visibilidad a los guardianes.
El Morro fue diseñado de acuerdo con la forma irregular de las rocas sobre las que se construyó. Constaba de tres baluartes conectados por cortinas y un cuartel acasamatado. Se instalaron cañones de gran calibre y otros de menor potencia ofensiva en sus murallas.
Además, el castillo tenía dos aljibes dentro de sus muros, considerados suficientes para abastecer a la guarnición durante largos asedios. No obstante, tenía una vulnerabilidad: las alturas donde más tarde se construiría La Cabaña. Giuseppe Antonelli, el arquitecto del Morro, fue el primero en señalar esta debilidad al afirmar que quien controlara esas alturas dominaría La Habana.
En 1762, durante una de las numerosas guerras entre España e Inglaterra, una flota británica se presentó frente a La Habana. Los británicos desembarcaron, ocuparon las alturas todavía desoladas y desde allí lanzaron un asedio al Morro que duró 44 días. Finalmente, lograron penetrar en el castillo y vencer la resistencia de sus defensores.
Los ingleses abandonaron La Habana en julio de 1763. Durante su ocupación, saquearon la urbe y se llevaron aproximadamente tres millones de libras esterlinas en riquezas.
Tras la retirada británica, se inició la reconstrucción del Morro y se decidió construir La Cabaña. Esta nueva fortaleza fue equipada con artillería pesada y contaba con baluartes, terrazas, caponeras y revellines. También estaba rodeada por un profundo foso tallado en la roca viva.
La Cabaña formaba parte de un sistema defensivo que incluía otras fortificaciones como el Castillo de La Fuerza, el Castillo de La Punta y el Morro. A lo largo del tiempo, esta línea escudo protegió el territorio habanero y contribuyó a repeler ataques de escuadras holandesas, francesas y británicas, así como corsarios y piratas que intentaban asaltar la ciudad.
En 1982, la UNESCO declaró a La Habana Vieja Patrimonio de la Humanidad, incluyendo también su sistema de defensa, lo que resalta la relevancia histórica de estas fortificaciones. Hoy en día, la fortaleza de La Cabaña junto con el Castillo de los Tres Reyes del Morro conforma el Gran Parque Histórico Militar Morro-Cabaña.
Estos sitios no solo son testigos de la historia de la Isla, sino que también han sido utilizados para eventos internacionales, convenciones de turismo, ferias de artesanía y ferias internacionales del libro de La Habana. Los visitantes pueden sumergirse en el pasado y disfrutar de horas de esparcimiento educativo en este lugar lleno de historia.
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