LA HABANA, Cuba, 21 de agosto (Agencias, 173.203.82.38) – Un alto funcionario del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) informó que la cantante Celia Cruz seguirá prohibida por haberse “aliado al enemigo, atentando contra nuestras familias”, según reportó Diario de Cuba.
De acuerdo con un correo electrónico distribuido por Tony Pinelli, conocido músico y productor radial, la información fue confirmada por el director nacional de música del ICRT, Rolando Álvarez.
“Todo aquel que se había aliado al enemigo atentando contra nuestras familias, como Celia Cruz, que fue a cantar a la base de Guantánamo, el ICRT se arrogaba el derecho, con toda propiedad, de no difundirlos en la radio cubana”, dijo Álvarez, según el mensaje de Pinelli.
Álvarez confirmó que se había celebrado una reunión “donde se aclaró que no existía ninguna lista negra”, indicó Diario de Cuba. También se habló de “artistas que no habían tenido una postura agresiva hacia el gobierno cubano, entendiéndose que no había problemas con programarlos”.
Pinelli reparó en que “mientras la noticia corría por el mundo, la versión oficial desmentía a la BBC convirtiendo en una ‘bola’ (rumor) el éxito noticioso súper reproducido”.
Una fuente del ICRT apuntó este lunes que “se han suavizado las restricciones con los músicos del exilio, pero no con todos”, indicó Diario de Cuba.
“Los más incómodos, como Celia Cruz y Chirino, no se ponen, pero sí Maggie Carlés y Tanya, menos problemáticos”, agregó la fuente.
Al mismo tiempo, realizadores consultados destacaron una nueva prohibición, la de la cantante Bárbara Grave de Peralta, que reside en Cuba. Grave de Peralta fue condenada en 2009 a siete años de cárcel por presunto “proxenetismo”, en un juicio “amañado”, según denunciaron entonces sus familiares.
En diciembre de 2011 se benefició del indulto del general Raúl Castro y salió en libertad, pero su música no puede programarse en los medios.
Según fuentes de la radio nacional, la confusión sobre la supuesta eliminación de la “lista negra” ha favorecido claramente al gobierno. “Nadie sabe nada. Todos estamos ‘quietos en base’, mientras el mundo cree que aquí hay una apertura”, señaló un periodista.