LA HABANA, Cuba, 12 de septiembre (Lucas Garve, 173.203.82.38) -La libertad de expresión ganó una batalla en Cuba el viernes 9 de septiembre. El arma con que contamos para obtener esta victoria fue la pieza dramática “Quinquenio Gris”, escrita por Hugo Araña, escritor y periodista independiente, además de dramaturgo.
Desde hace buen tiempo se discutía en el seno del ejecutivo del Club de Escritores de Cuba, encabezado por Jorge Olivera y Víctor M. Domínguez, abordar la obra dramática de Hugo Araña, autor matancero y colega nuestro en los avatares del periodismo independiente.
Olivera y Domínguez decidieron en consecuencia dedicar un encuentro del Club para presentar la pieza de Araña mencionada y poder contar con la presencia del autor, para tener la oportunidad de compartir con él las impresiones del público asistente.
Víctor M. Domínguez y yo nos dimos a la tarea de estudiar la pieza y siendo conocedores de la época en que se desarrolla el drama, luego de una lectura discutimos el texto, la estructura y estuvimos de acuerdo en asumir el esfuerzo de la lectura de los personajes aunque no fuéramos actores.
La sede del Comité de Integración Racial fue el lugar idóneo para este encuentro donde la acogida cordial y el interés personal de sus miembros se conjugaron para hacer del final de la mañana del viernes 9, un momento memorable para todos los presentes.
Durante poco más de dos horas, a la manera del teatro de cámara, los reunidos compartimos el dolor y el desgarramiento espiritual de los dos protagonistas de la obra. De la derrota espiritual del Otro, a pesar de su éxito profesional como artista, y de la dignidad e integridad sostenidas por Él, protagonista principal y víctima del represivo andamiaje político-cultural del régimen.
La lectura de la pieza arrancó risas, despertó expectación, hizo pensar al auditorio y sirvió como preámbulo a la excelente intervención del autor, quien abordó el tema del drama y abundó en las vivencias de la época que recoge el texto.
El conversatorio iniciado con la exposición de Araña promovió la aproximación al sujeto principal: la falta de libertad de expresión en Cuba y las trágicas consecuencias personales provocadas por el hostigamiento a los creadores culturales en ese tiempo, hoy denominado como el título de la pieza.
Se escucharon testimonios y recuerdos de los presentes, quienes analizaron las consecuencias de esa nefasta política cultural y la necesidad de dar a conocer la verdad sobre ese tema para que las generaciones que no vivieron esa época, conozcan lo que sucedió en realidad.