MIAMI, Estados Unidos.- La deportación de miles de delincuentes cubanos en EE.UU., tras el fin de la política de “pies secos, pies mojados”, podría tener un impacto significativo sobre numerosas familias del sur de la Florida, indica El Nuevo Herald.
La lista de cubanos que el gobierno federal podría deportar de vuelta hacia la Isla, de donde salieron en algunos casos hace más de tres décadas, asciende a 28 400. Todos los casos son de personas que quedaron en libertad tras cumplir sus condenas.
Entre los cubanos que han cumplido prisión, hay unos 2 000 homicidas.
El gobierno cubano se ha negado durante décadas a recibir a esos deportados, pero este jueves, autoridades del país antillano dijeron que estudiarían esa posibilidad, y tanto la parte cubana como la estadounidense dieron a entender que hay una disposición para negociar cada caso individualmente.
Gustavo Machín, el número dos de la Sección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, dijo que el gobierno estudiaría tomar en cuenta casos de cubanos que han “infringido las leyes” en EE.UU. y que “no pueden permanecer” en el país.
Durante décadas, los exreos cubanos han estado viviendo en EE.UU. bajo la supervisión de autoridades de Inmigración. 18 000 del total de “deportables” viven en Florida. Existen casos cuyos crímenes datan de poco después de 1980, cuando el éxodo del Mariel trajo a EE.UU. unos 125 000 cubanos.
El régimen cubano en aquel entonces aprovechó para vaciar cárceles y hospitales psiquiátricos, y enviar a los internos para el sur de la Florida en los barcos que venían a recoger familiares de cubanos que residían allí.
Jeh Johnson, secretario de Seguridad Interior de EE.UU., dijo el jueves que “según nuestro acuerdo con Cuba, también existe la posibilidad de que La Habana acepte el regreso de migrantes no contemplados en este acuerdo, pero caso por caso”.
Juristas del sur de la Florida que han estados siguiendo el tema dijeron al Herald que los delincuentes cubanos debían haberse deportado hacía tiempo. Marcos Jiménez, abogado miamense y ex fiscal federal del sur de la Florida, dijo que “los delincuentes convictos de origen cubano deben ser deportados si no pueden establecer una razón legal para que Estados Unidos no los envíe de regreso (…) y Cuba debe aceptarlos y cumplir la parte que le corresponde ahora que los dos países han restablecido las relaciones diplomáticas”.
Por otra parte, en Cuba permanecen docenas de fugitivos estadounidenses que Washington está reclamando hace años. Entre ellos destacan los casos de cubanos que han hecho fraudes al Medicare y luego han huido a su país.