EL COBRE, Cuba, 8 de septiembre (Alberto Méndez Castelló, Especial para 173.203.82.38) – La celebración de la eucaristía en honor a la Virgen de la Caridad comenzó aquí justo a las 12 de la noche con la presencia de monseñor Dionisio García Ibáñez, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y arzobispo de Santiago de Cuba.
Monseñor García Ibáñez comenzó la misa indicando la entrada de la bandera cubana y la de la Iglesia católica. Luego pidió a los presentes cantar el himno nacional “pensando en toda Cuba, en todos los cubanos, estén donde estén”, subrayó.
Completamente restaurado y colmado de fieles a plena capacidad, el santuario resplandecía entre luces, imágenes y vitrales. Aún así, entre tantas velas encendidas y tal profusión de flores, en el centro de tan cada orfebrería y a los pies de la más espléndida de todas ellas, la imagen de la Caridad del Cobre, lo que más brillaba era gente descalza que, de rodillas o a gatas, venían a pagar promesas llegados de cualquier lugar de Cuba o, incluso, vaya usted a saber de dónde.
Conforme viene predicando desde hace años, monseñor Dionisio pidió a los cubanos un corazón humilde, ser sinceros y reconocer las veces que hemos a maltratado a otros de obra y de palabra, mientras reiteraba la palabra “reconciliación”.
Pero si entre las paredes del santuario permanecen sin distinción las camisetas de los peloteros Antonio Pacheco y Aroldis Chapman o charreteras de las antiguas y las presentes fuerzas armadas y aquí vienen a depositar ofrendas a la virgen gente de ideas políticas enfrentadas, acoplados todos en el ritual de la misa, concluida la ceremonia también parece terminar la armonía.
Alberto Queipo, de 77 años, un castrista a rajatablas que fuera colaborador del Che Guevara, que poco o nada conoce de la religión católica pero que es un devoto convencido de la Virgen de la Caridad, dijo a este corresponsal a propósito de una hipotética reconciliación de cubanos enfrentados ya por más de medio siglo: “Eso es imposible. Hay mucho odio acumulado y lo que quieren es destruirnos”.
Parece ser esta la táctica del atrincheramiento al estilo de la vieja guardia.
Aimee Garcés Leiva confirmó a este corresponsal que en el santuario de El Cobre se encontraban 31 Damas de Blanco participando en la festividad por la Virgen María.
Efectivamente, allí estaban las 31 mujeres, con efigies de presos políticos o de Laura Pollán en sus blusas. Cuando concluyó la misa se organizaron en dos filas y por entre ellas pasó bendiciéndolas el arzobispo.
“Debemos renunciar a lo que nos divide. No hagas a los demás lo que tú no quieres que te hagan a ti”, dijo monseñor García Ibáñez en la misa de este 8 de septiembre.
“El odio divide”, puntualizó.
Celebramos 400 años del hallazgo de la Virgen de la Caridad en la bahía de Nipe y este fin de semana cientos, en su conjunto, miles de cubanos, acudieron como tantas otras veces a postrarse a los pies de Cachita.
A las 9.30 de la mañana, otra vez con el templo repleto –quizás más que en la madrugada- volvía a oficiar otra misa García Ibáñez. En el parqueo del santuario había camiones, ómnibus y automóviles con matrículas pertenecientes a todas las provincias del país, y el arzobispo reiteraba las palabras “amor” y “reconciliación”, mientras puntualizaba:
“Una familia, si tiene la voluntad de buscar la solución a los problemas que enfrenta, es una familia que siempre permanece”.