MIAMI, Estados Unidos. – Un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas (ONU) documenta que en las rutas migratorias del Caribe murieron 350 personas en el 2022, siendo Cuba, República Dominicana y Haití los países de donde provienen el mayor número de víctimas.
La OIM destacó que 150 de las víctimas fueron de nacionalidad cubana, lo que “pone de manifiesto la larga historia migratoria entre Cuba y Estados Unidos”.
“En las rutas migratorias del Caribe, se ha documentado el segundo número más alto de muertes y desapariciones de personas migrantes en todas las Américas. Después de la frontera entre los Estados Unidos de América y México, donde se ha documentado la muerte de 1.273 personas migrantes entre 2014 y 2022”, indica el documento.
La organización adscrita a la ONU señaló que de las 350 víctimas, 70 de ellas eran mujeres, 89 hombres, 28 menores y 163 personas con sexo y edad indeterminados. La cifra supone un incremento del 93.89% con relación a los 180 fallecidos reportados en 2021.
Asimismo, durante el pasado año en la ruta del Caribe hacia Estados Unidos específicamente, se registraron 203 fallecimientos y desapariciones de personas migrantes (incluyendo a 45 mujeres, 72 hombres, 13 menores y 73 personas con sexo y edad indeterminados).
“Esto representa un incremento de 206%, comparado con las 66 muertes registradas durante el año 2021”, apuntó la OIM.
El informe precisa también que en la región Caribe las tres nacionalidades con el mayor número de fallecimientos registrados fueron República Dominicana, Haití y Cuba, y la principal causa de muerte fue el ahogamiento.
Por otro lado, la mayoría de las personas fallecidas en el 2022 no pudieron ser identificadas y su nacionalidad aún es desconocida.
“Esta tendencia implica un desafío en materia de análisis de datos, pero principalmente para las familias de personas migrantes desaparecidas que continúan sin saber el paradero de sus seres queridos”, explicó la OIM.
Además, el documento concluye que la gran mayoría de estos fallecimientos sucedieron en “rutas de migración irregulares extremadamente peligrosas” para quienes las transitan y están directamente relacionadas con la falta de vías legales “para una migración segura, ordenada y regular”.