MIAMI, Estados Unidos. — El ministro de Transporte del régimen cubano, Eduardo Rodríguez Dávila, reconoció la deteriorada situación del transporte de pasajeros en el país, marcada por la escasez de combustible y el mal estado de la red vehicular.
En su intervención ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el funcionario señaló que la falta de combustible está afectando significativamente la operatividad, con La Habana al 30% de capacidad. A ello se le suma la baja técnica de numerosos vehículos.
A pesar de los esfuerzos por involucrar a inspectores y carros estatales, el ministro señaló indisciplinas por parte de algunos conductores, quienes no acatan indicaciones y actúan con desapego a las normativas, generando obstáculos para la mejora de la situación.
En octubre, el propio Rodríguez Dávila había reconocido que en La Habana solo estaban funcionando 300 ómnibus de 700 previstos, una situación que limitaba las utilidades de la Empresa Provincial de Transporte y los ingresos de los trabajadores del sector.
Para el próximo año, el ministro presentó un plan de acciones para superar la crisis, que incluye facilitar la operación de nuevas aerolíneas, la puesta en marcha de un dique flotante para generar ingresos en divisas, la búsqueda de créditos y la introducción de triciclos eléctricos, entre otras medidas.
Según medios oficiales, algunos diputados expresaron preocupación por la carencia de neumáticos y baterías en provincias, lo que contribuye a que algunos territorios, como Sancti Spíritus, registren un 72% de rutas inactivas. También se señaló la inquietud por los elevados precios del transporte particular, afectando especialmente a los sectores más vulnerables.
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