MIAMI, Estados Unidos. – En su sección Cocina de Cuba, el diario oficial Cubahora publicó este miércoles consejos alimentarios para los cubanos, que atraviesan una crisis de desabastecimiento agravada por medidas de aislamiento social y físico sin precedentes en la historia de la Isla.
El artículo “Desayune en cuarentena pero hágalo de manera saludable” comienza señalando que “tener un desayuno nutritivo y energético puede beneficiar mucho más de lo que las personas imaginan y nos ayudará a sobrellevar mejor la cuarentena”, pero nunca alude a la cruda escasez de alimentos básicos en la tienda de los cubanos, tales como el arroz, los huevos y la harina de trigo.
De acuerdo con el autor de la nota, el doctor Alberto Quirantes Hernández, no es realmente cierto que los cubanos se estén alimentando “mal” en época de aislamiento social obligatorio. “Realmente eso no es así, es solo cuestión de organización y deseos”, escribió el autor del artículo.
“Se trata de reorientar el presupuesto para quienes lo tienen más ajustado para las compras ―dijo―, así como parar en seco el despilfarro monetario en elevadas cuotas de conexión en las redes sociales llenas de fake news y de tiempo despilfarrado, en cigarros o en bebida alcohólicas, y en vez de adquirir mantequilla, refrescos o galletas dulces en largas colas, hacer un recorrido por los agros del país y comprar aquí o allá todo lo que es bueno para la salud”.
De esa forma, con una dosis de cinismo sin precedentes hasta ahora, la prensa oficial culpa a los propios cubanos por gastar sus ingresos en las redes sociales, cigarros o bebidas alcohólicas. A la vez, obvia la cruda escasez de productos de alimentación básicos, desaparecidos de todos los mercados estatales (en moneda nacional o divisas) e, incluso, del mercado negro.
Asimismo, culpa a quienes no les queda más remedio que hacer largas colas, que duran varios días y se extienden por varias cuadras, para conseguir un mínimo de alimentos. De acuerdo con el artículo de Cubahora, los cubanos se alimentan mal, si es que lo hacen, por su propia elección.
Quirantes Hernández también alude a alimentos que no están al alcance de los cubanos, o que pueden comprar a altos precios y en dosis mínimas:
“También hay sitios donde se puede adquirir trigo inflado o avena. Y por supuesto, el pan está muy al alcance de la mano al igual que los huevos y algún sobrante frío del pollo o frijoles negros; y la leche de vaca natural, en polvo descremada y el yogur, o el pescado del día anterior, según posibilidades. Y con esos ingredientes, combinados con imaginación, ya se tiene un nutritivo, variado y grato desayuno”.
Curiosamente, no especifica ninguno de los establecimientos donde se puede adquirir avena o trigo inflado. No detalla dónde es posible comprar huevos, más allá de la exigua cuota mensual. Peor que todo, soslaya la falta de arroz, el cereal indispensable de la dieta de los cubanos.
El artículo omite, tergiversa y evade la realidad de crisis que padece el pueblo de la Isla:
“Preparar un desayuno energético y saludable es más sencillo de lo que pudiera pensarse; no requiere de ser abundante ni con productos que cuesten demasiado pues la clave es identificar qué tipo de alimentos lo conforman”.
“Se debe desayunar de forma saludable y económica, o de lo contrario es probable acabar consumiendo alimentos chatarra que significan carbohidratos refinados y grasas saturadas, con alto contenido en sodio y azúcar”.
Nunca, sin embargo, reconoce que en la Isla la alimentación no se trata de elecciones, sino de sobrevivencia. En medio de la crisis generada por la pandemia de coronavirus, los cubanos han estado obligados a comer, más que nunca antes, “lo que aparezca”. Pero Cubahora mira al otro lado y culpa a los que sufren el hambre y la escasez.
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