LA HABANA, Cuba, 17 de febrero (Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press / 173.203.82.38) -La antigua Fortaleza San Carlos de La Cabaña, construida sobre una eminencia rocosa, al costado de la Bahía de La Habana, recinto central de la XX Feria del Libro de La Habana en estos días, muestra un deslucido telón de fondo.
El Cristo de La Habana, obra de la escultora cubana Jilma Madera, colosal estatua de mármol de 15 metros, la mayor hecha por una mujer para ser expuesta al aire libre, enclavada en la misma colina que La Cabaña, presenta un lamentable abandono constructivo y ha sido además víctima de saqueos.
El monumento religioso terminado en 1958, que fue un obsequio a la capital, tiene muy deteriorado uno de sus brazos. Si no es restaurado urgentemente, aunque con respeto, quizás pase a llamarse El Cristo manco.Partes del mármol del pedestal fueron robados.
El Cristo de Limpias cubano ya no puede divisar por las noches toda su ciudad, ni la ciudad admirar la belleza nocturna de su Cristo. Las luminarias fueron tomadas por los cacos sin permiso de nadie.
Mala idea fue intentar proteger el monumento con una cerca perimetral. Hecha pedazos, afea y no contribuye a la protección del monumento, sino a la conservación y resguardo de yerba, mosquitos y basura.