SAN LUIS POTOSÍ, México.- Este viernes, durante el tercer periodo de sesiones de la Asamblea Nacional en su décima legislatura, fue destituida de su cargo la Contralora General de Cuba Gladys Bejerano, luego de 14 años en funciones.
El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez propuso en su lugar a Mirian Marbán González, de 50 años, quien se desempeñaba como primera vicecontralora.
En su intervención, Díaz-Canel, de manera inesperada, refirió que la decisión se había producido luego del “análisis del buró político” del Partido Comunista de Cuba. De esa forma, decidieron sustituir a Bejerano como parte del “proceso de renovación natural de los cuadros”.
“Su comportamiento ético y revolucionario constituye un ejemplo de militante comunista para todos”, dijo sobre la cesada en su cargo.
Marbán González, recién electa, es licenciada en Historia, y en Contabilidad y Finanzas y ha ocupado varios cargos como cuadro político del régimen.
Fue redactora de publicidad de la empresa Geocuba y gerente comercial y directora de mercadotecnia. En la Delegación del Ministerio de Auditoría y Control fue auditora, delegada y posteriormente contralora jefa de la Contraloría Provincial de La Habana.
Gladys Bejerano, algunas declaraciones problemáticas
En mayo, en una entrevista ofrecida a EFE por Gladys Bejerano la funcionaria abordó el caso de corrupción del exministro de Economía Alejandro Gil.
“Duele y duele mucho porque uno piensa como compañero -y el pueblo, como cubano- que una persona que ha estado a ese nivel, que ha estado manejando las situaciones, los sacrificios que ha habido que hacer… Que no tenga una actitud en correspondencia, realmente uno lo siente como una traición, como algo que no es lo correcto, y así lo sentimos todos. Pero hay moral y hay valentía para enfrentarlo”, declaró la funcionaria.
Bejerano se refirió al hecho como “una lección tristemente negativa” de la que extraer “enseñanzas”. Asimismo, aprovechó para amenazar al sector privado
“No le vamos a admitir ni a estatales ni a privados que cometan ese tipo de delitos y que ofendan y maltraten al pueblo. Eso no se puede permitir: no es lo que queremos, no es el modelo. Queremos que gente honesta, luchadora y trabajadora pueda tener su negocio en regla, cumpliendo sus obligaciones con el fisco, con la sociedad”, agrega.
La funcionaria sacó pecho de que el caso de corrupción se hiciera público y dijo que toda la información se ofrecerá en su debido momento.
A su vez, exclamó: “La gente no cae en la corrupción en paracaídas. Es un proceso: corrupción es descomposición. Es un proceso de pérdida de valores, de estima a sí mismo, de respeto a sí mismo (…). Hay otros que es por autosuficiencia, por vanidad, por prepotencia”, y reconoció las deficiencias del aparato de control que dirige.
“Los controles no están al nivel”, comentó tras admitir que el 23% de los sistemas de control del país tienen deficiencias, principalmente por falta de capacidades técnicas o humanas, y que solo el 60% de las plazas de la Contraloría están cubiertas.
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