MIAMI, Estados Unidos.- Un artículo publicado este fin de semana por el diario The Economist opina que “en lugar de una segunda Cuba o una China tropical, la Venezuela chavista, con su corrupción, pandillas e ineptitud, corre el riesgo de convertirse en algo mucho peor”.
La publicación dedicó el texto a analizar la crisis por la que atraviesa el país sudamericano, gobernado por Nicolás Maduro y que este domingo realizó votaciones para una asamblea constituyente que tanto la oposición como la comunidad internacional han rechazado.
Según el texto, “los opositores dicen que la Asamblea instalará el comunismo al estilo cubano. Por lo menos, su creación provocará más violencia en un país donde las calles ya están asfixiadas en gases lacrimógenos y cubiertas de cartuchos de escopetas policiales”.
El diario ha predicho además que el colapso económico de Venezuela será el más pronunciado en la historia moderna de América Latina. Apunta que Maduro ha malgastado fondos públicos a favor de sus partidarios. “Los débiles precios del petróleo y la inepta gestión resultan en que ahora no puede pagar sus cuentas. Así que imprime dinero sin respaldo y culpa a los especuladores por la inflación resultante, que se espera que este año supere el 1000 %”.
“Los controles de precios y la expropiación de empresas privadas han llevado a escasez de alimentos y medicinas. Con los hospitales vacíos de suministros, la tasa de mortalidad materna aumentó un 66% el año pasado. Los funcionarios lucran flagrantemente con su acceso a divisas y bienes básicos. Venezuela se ha convertido en una ruta favorita del narcotráfico y está inundada de armas”, apunta con preocupación el texto.
Resalta también The Economist que más de un centenar de personas han muerto en cuatro meses de intensas protestas contra el régimen. Cientos de venezolanos más han sido heridos y otros tantos encarceladas por motivos políticos. “Todo esto enfurece a los venezolanos. También debería alarmar al mundo exterior”, señala el diario.
Una solución propuesta por The Economist es la “transición negociada”, basada en la terminación del mandato de Maduro con el respeto a la Constitución y el Parlamento.
No obstante, un intento similar fracasó en 2016, reconoce el diario, por lo que “hoy día nada indica que Maduro y sus compinches vayan a entregar voluntariamente el poder”.
Además de poseer las fuerzas armadas, controlar la economía y conservar el respaldo alguna parte de los venezolanos, Maduro, “además, cuenta con el consejo de oficiales de la seguridad cubana, que son expertos en represión selectiva”.
Tanto la Unión Europea como América Latina deberían tomar medidas similares a las adoptadas por el gobierno estadounidense el pasado 26 de julio, en que Washington impuso sanciones a funcionarios venezolanos involucrados en el proyecto de Asamblea Constituyente, así como sospechosos de corrupción o abusos contra los derechos humanos, señala el diario
“A estos funcionarios se les han retirado las visas, y los bancos y empresas estadounidenses tienen prohibido hacer negocios con ellos. Este esfuerzo podría intensificarse presionando a los bancos a revelar información vergonzante sobre funcionarios que han escondido en el extranjero fondos públicos robados”, propone The Economist.