MIAMI, Estados Unidos. – El Ciclón de los Cinco Días, que atravesó la provincia de Pinar del Río en octubre de 1910, aún se considera una de las peores catástrofes naturales que han afectado la Isla: dejó alrededor de un millar de víctimas fatales, cosechas arrasadas y viviendas destruidas, entre otros cuantiosos daños.
De acuerdo con el profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, historiador de la Meteorología en Cuba, el organismo ciclónico se formó a partir de un área de bajas presiones situada al norte de Panamá.
El 14 de octubre cruzó sobre o muy cerca de la porción oeste de la Isla de la Juventud y en la tarde de ese mismo día penetró por un punto cercano a La Coloma, en la costa sur de Pinar del Río, probablemente como huracán categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson (vientos máximos sostenidos de 210 a 250 kilómetros por hora).
Pero todo no quedó ahí.
Cuando el ciclón estaba próximo a salir al mar por la costa norte de Pinar del Río, un anticiclón bloquea su paso y lo obliga a describir una trayectoria en forma de lazo, primero al oeste y luego al sur y sureste, hasta que de nuevo retoma el nordeste. De esta forma, pasó dos veces por una misma zona, provocando una devastación incalculable.
Las intensas lluvias asociadas al huracán se prolongaron de cinco a seis días sobre el Occidente de la Isla, provocando extraordinarias inundaciones. Se cree que los acumulados pueden haber sobrepasado los 500 milímetros en algunos puntos, en particular en las zonas montañosas.
De acuerdo con la enciclopedia Ecured, el fenómeno sembró gran desconcierto en los meteorólogos de la época. Por ejemplo, el padre Lorenzo Gangoiti, del Observatorio del Colegio de Belén, planteó que lo ocurrido se debía al paso de dos ciclones tropicales consecutivos.
El Observatorio Nacional, por su parte, no creía lo mismo.
Esta discrepancia generó una polémica entre ambas instituciones, la cual se considera uno de los mayores debates científicos sucedidos en Cuba en los inicios del siglo XX.
Investigaciones hechas por el meteorólogo cubano José Carlos Millás, demostraron que el Ciclón de los Cinco Días había hecho una “recurva en lazo”, o sea, una peculiar trayectoria que suelen describir ciertos huracanes cuando reciben la influencia de determinados sistemas atmosféricos, como los anticiclones.
Más adelante, la comunidad científica renombró este tipo de trayectoria como “recurva de Millás”, en homenaje al meteorólogo cubano.
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