MADRID, España.- El Faro de Cabo Lucrecia, situado en Banes, provincia de Holguín, se encuentra entre los 100 faros más importantes del mundo por su posición geográfica.
Los primeros pasos para su montaje se iniciaron a finales de la década de los años cincuenta del siglo XIX. Sin embargo, singularidades de la historia hicieron que se encendiera por vez primera el 10 de octubre de 1868, fecha del levantamiento en armas de Carlos Manuel de Céspedes. Transcurridos dos meses, un grupo de mambises destruyó la iluminación para obstruir la navegación de los españoles.
Su servicio se restableció en mayo de 1870 y desde entonces se ha mantenido, no obstante las inclemencias naturales, con sus más de 40 metros sobre el nivel del mar, la escalera de caracol de 168 peldaños, 33 de piedra caliza y 135 de hierro y su irradiación de luz blanca cada cinco segundos.
En una edificación frente a la torre se conservan los datos técnicos y constructivos y fotos en diferentes períodos del Faro de Cabo Lucrecia, rodeado del paraje costero a pocos metros de cuya base rompen las olas.
Los faros son obras arquitectónicas surgidas por necesidad, levantadas en costas o puertos; suelen semejar torres y disponen de un sistema de iluminación y rotación que permite la orientación desde altamar, sobre todo en la noche, pues con su luz orientan a los navíos.
Por constituir Cuba un archipiélago, atesora no pocos, tanto al norte como al sur, y de este a oeste, valorados como parte de su patrimonio.
Otros importantes faros de la Isla son el del Castillo de los Tres Reyes del Morro, en La Habana; el del Morro de Santiago de Cuba; el Roncali, en Pinar del Río, y el de la Punta de Maisí, también en el extremo oriental del país.