MIAMI, Estados Unidos. – Tras 40 días en huelga de hambre y en estado crítico, el preso político Pablo Moya Delá, integrante de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotor de Cuba Decide, fue trasladado al Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba.
Hasta su traslado, el opositor de 66 años de edad se encontraba recluido en Boniato, la prisión de máxima severidad de Santiago de Cuba, donde fue agredido hace alrededor de dos meses por presos comunes al servicio de la Seguridad del Estado, denunciaron sus familiares.
Luego del incidente, Moya Delá solicitó atención médica a las autoridades de este penal y le fue negada. Por tal motivo, decidió entrar en huelga de hambre pese a su deteriorado estado de salud, según informó a sus allegados a través de una llamada telefónica.
No obstante, a partir de ese momento la familia no volvió a tener noticias sobre el estado de salud de Moya Delá.
“Realizamos varias llamadas, pero el jefe de la prisión, que además no quiso revelarnos su nombre, alegó que todo era falso y que el teléfono de la cárcel se utilizaba solo para comunicarse, no para hablar sobre esos temas”, explicó a CubaNet el hijo del preso político, Daineris Moya.
El joven, arrestado recientemente y luego liberado bajo fianza por participar en las protestas del pasado 11 de julio, indicó que su padre comenzó la huelga de hambre el 21 de junio.
“Nos llamó el 23 de junio, y pasados 40 días fue que recibimos otra vez noticias de él, específicamente sobre su traslado hacia un hospital en condiciones críticas. Lo mantuvieron incomunicado para que no denunciara tantos maltratos a los que ha sido sometido”.
“Nosotros recibimos una llamada de un oficial de Cárceles y Prisiones. Este nos informó que habían concedido una licencia extrapenal a mi padre y que podíamos ir al hospital a recogerlo. Cuando llegamos encontramos un vegetal; está irreconocible. Además, la licencia extrapenal será solo por seis meses mientras se recupere dentro del hospital; luego será enviado nuevamente a la prisión. Nos manipularon como siempre”, denunció Daineris.
Días antes, cuando su familia no tenía conocimiento de su estado de salud, apareció una publicación en redes sociales donde Moya Delá se podía ver con una bandeja de comida en la mano.
“(Agentes de la Seguridad del Estado) se metieron en mi perfil de Facebook y publicaron un pequeño video donde se veía un poco borroso a mi padre con una bandeja encima de las piernas, llevándose una cuchara a la boca. Esto lo hacen para confundir y difamar, tratando de poner en duda la huelga”, aseguró su hijo.
Moya Delá fue detenido en septiembre en la Virgen del Camino, en San Miguel del Padrón, cuando reclamaba el cese de la represión y el abastecimiento de insumos de primera necesidad en las tiendas estatales.
Luego de permanecer varios días en la Oncena Unidad Policial de este municipio habanero, fue deportado hacia la estación de Palma Soriano, en Santiago de Cuba.
Posteriormente, fue enviado a la prisión de Aguadores, donde esperó la celebración de un juicio a puertas cerradas, sin presencia familiar. Moya Delá resultó condenado a tres años de privación de libertad por supuestamente deber dinero a la ONAT (Oficina Nacional de Administración Tributaria), aun cuando no existe ningún documento legal que pruebe este supuesto.
Hasta su detención, el prisionero político vivía con su esposa en la capital del país, donde llevaba a cabo sus actividades opositoras pacíficas como miembro de UNPACU y promotor de Cuba Decide. Esta huelga de 40 días es la segunda que realiza pese a su avanzada edad. La primera duró 23 días y fue en protesta por su arbitrario encarcelamiento.
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