MIAMI, Estados Unidos. – El prisionero político Eider Frómeta Allien, integrante de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), reinició la huelga de hambre que había sostenido y abandonado en febrero debido a los malos tratos recibidos en la cárcel, dijo a CubaNet Griselia Allien, su madre.
El pasado 21 de febrero, Frómeta suspendió una huelga de hambre de diez días iniciada tras ser confinado a una celda de castigo por negarse a que un oficial del penal lo desnudara para hacerle una requisa delante del resto de los presos.
“Estuvo sin comer varios días, y ya volvió a plantarse porque sigue en celda de castigo y le están negando incluso llamarnos por teléfono. Le dijeron que hasta dentro de dos meses no tendrá ese derecho”, aseguró Allien.
El nuevo castigo se debe a una llamada telefónica realizada por el preso político a su madre, en la que pidió divulgar la crítica situación que están viviendo los reclusos y el elevado número de casos positivos a la COVID-19 en la prisión Kilo 8, de Camagüey.
“Casi medio penal ha dado positivo a la COVID-19, aunque hace más de cuatro meses que allí no entran familiares precisamente para evitar contagios. ¿Cómo es posible?”, se preguntó Allien. “Hay presos contagiados, cocineros y hasta un guardia. Aunque el primer examen que le hicieron a Eider dio negativo, su vida corre peligro”.
Además, la madre del joven también denunció que los reclusos solo reciben un jabón por mes y una pasta dental cada tres meses.
“Desde octubre no veo a mi hijo. La última jaba que pude enviarle fue a mediados de diciembre. Además de todas las limitaciones que ponen en la prisión, está la situación del transporte, de los gastos para ir hasta Camagüey. No tenemos donde quedarnos allí. Si él es de Guantánamo no debieron enviarlo a un lugar tan lejos, eso es una injusticia”, lamentó.
En medio de la campaña realizada por la sociedad civil independiente contra el referéndum constitucional que tuvo lugar en febrero de 2019, Frómeta fue arrestado y condenado a un año por el supuesto delito de “desobediencia”. Al término de su sanción, fue nuevamente acusado, esta vez por “lesiones”, luego de una disputa provocada por agentes del régimen para justificar la acción.
Desde mayo de 2020, cumple su segunda sanción de un año de privación de libertad en la prisión Kilo 8. Anteriormente, estaba recluido en Guantánamo, provincia en la cual radica.
Su traslado a una prisión más lejana forma parte de los mecanismos represivos que la Seguridad del Estado utiliza para resquebrajar a los presos políticos, han denunciado organizaciones defensoras de los derechos humanos.
La última información que recibió su madre, este martes, indicaba que Frómeta Allien había sido agredido por un oficial. “Me dijeron que no estaba bien, que le habían golpeado y seguía en celda de castigo”.
El pasado año, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció a través de un foro online los abusos perpetrados por las autoridades de este penal conocido popularmente como “Se me perdió la llave”.
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