![cementerio_santa_clara](https://www.cubanet.org/wp-content/uploads/2013/08/cementerio_santa_clara-300x201.jpg)
SANTA CLARA, Cuba, 23 de agosto de 2013, Guillermo del Sol Pérez/ www.cubanet.org.- En la Ciudad de Santa Clara, como en el resto del país, muchas instituciones padecen un deterioro progresivo, víctimas de ineficientes políticas económicas que arrastran sitios importantes hasta convertirlos en ruinas, como es el caso del cementerio de esta localidad.
Hoy enfrenta una reparación que hasta el momento se limita a sus cercas perimetrales, en avanzado deterioro, hecho este que atenta contra la seguridad y el ornato del lugar. La Empresa Municipal de Comunales es la encargada de la necrópolis.
Hace solo unos meces se vieron, una vez más, involucrados en un escándalo de profanación de cadáveres, así como también del hurto y la comercialización posterior de los materiales que se deben utilizar en el mantenimiento del campo santo, en concreto, el sellado de las tumbas.
Los salarios son pésimos. Los sepultureros, por ejemplo, tienen un salario de 371 pesos en moneda nacional, equivalente a menos de 15 dólares al mes. Aun así, siempre están dispuestos a realizar su labor a la hora que sean llamados, sin detenerse a pensar en que están arriesgando sus vidas.
Estas personas realizan una labor indispensable. Algunas veces bajo la lluvia, otras bajo el sol, de madrugada, en fin, en el momento que se necesita realizar un sepelio están presentes, a pesar de saber que no recibirán un centavo por condiciones anormales, ni por horas extras, mucho menos por peligrosidad, pero cumplen con su trabajo a cabalidad.
No son pocas las quejas que a diario reciben, acompañadas del desprecio de aquellos incapaces de advertir la importancia que hay en la labor de los sepultureros, muchas veces sin las botas ni los guantes que se necesitan. Estos trabajadores no cobran un centavo por peligrosidad, mucho menos por condiciones anormales.
A pesar de permanecer más ocho horas en condiciones de completa insalubridad, a riesgo de tomar como huéspedes en su propio cuerpo bacterias, virus, Dios sabe cuántas anomalías…Pero no protestan. Solo se limitan a exclamar que alguien tiene que enterrar a los muertos, porque si no, es peor.
Una exhumación es muy dura de ver
Después de observar la exhumación de un cadáver, cuando el sepulturero se introdujo en aquella fosa sin pensar un segundo el peligro que corría de contraer una enfermedad, y comenzó el levantamiento del cadáver, como decimos los cubanos, “a mano limpia”, esta acción me mantuvo paralizado por un instante.
Como un experto paleontólogo forense extrajo la osamenta envolviéndola en restos de la tela que cubría el deteriorado sarcófago; posteriormente, ya fuera de la fosa, meticulosamente limpió el esqueleto. Después de un leve tratamiento de conservación, lo colocó en una caja pequeña u osario. Digno de admirar el amor, respeto y la dedicación con que lo hizo.
Por curiosidad pregunté:
-¿Cuánto le pagan por la exhumación de un cadáver?
– Nada, ni un centavo-, respondió.
También señaló que muchos familiares de los fallecidos, en agradecimiento, les dan algún dinero. Recalcó que si realizan más de 210 exhumaciones en el mes, su empresa, estatal, les pagan unos 60 pesos, “de estímulo”.
Después de permanecer por casi un día dentro del campo santo de Santa Clara, puedo asegurar que son héroes estos humildes hombres, quienes a pesar de no poder cumplir los planes marcados por la administración, siempre están prestos a realizar el servicio que muchos evaden, como debe suponerse.