LA HABANA, Cuba. — El prestigioso medio de comunicación Político, en Washington DC, ha publicado un contundente mensaje del exilio cubano que pide al presidente Joe Biden no enviar ayuda a los damnificados por el huracán Ian a través de instituciones que, de una forma u otra, respondan al régimen de La Habana.
La solicitud se ha dado a conocer un día después de que la Casa Blanca anunciara que proporcionaría dos millones de dólares por concepto de ayuda de emergencia a Cuba tras el paso del fenómeno atmosférico, que arrasó varias comunidades en el occidente de la Isla.
La Asamblea de la Resistencia Cubana —coalición de grupos opositores y de derechos humanos dentro y fuera de Cuba— ha manifestado que toda asistencia dirigida al pueblo antillano debe canalizarse a través de instituciones independientes de la dictadura, como la Iglesia Católica, las Iglesias Evangélicas y los Masones. Asimismo, recalcó el largo historial del castrismo malversando y robando el producto de las donaciones recibidas, de las cuales solo una ínfima parte, o nada, llega a las personas necesitadas.
Señaló además que en estos momentos Cuba experimenta la peor oleada migratoria desde enero de 1959, una realidad que no puede achacarse a motivos económicos, sino a la voluntad de mantener, a cualquier precio, el control político sobre una sociedad largamente privada de derechos y libertades.
El canciller Bruno Rodríguez Parrilla agradeció públicamente la ayuda autorizada por la Casa Blanca; pero los cubanos que desde dentro de la Isla denuncian la profunda crisis política, material y moral aún a riesgo de ser reprimidos con violencia, podrían interpretar la gentileza del gobierno estadounidense como un apoyo a la tiranía que los oprime, exacerbando así la desesperanza en un cambio real y convenciéndolos también a ellos de que la mejor opción sería emigrar.
El exilio cubano recordó que Cuba es el principal aliado político de Rusia en el hemisferio occidental, un peón que, de forma abierta o velada, ha mostrado su apoyo a la invasión a Ucrania. Por ende, cualquier respiro que se le permita a la dictadura que hoy encabeza Miguel Díaz-Canel sería un sostén para el Kremlin.
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