SAN LUIS POTOSÍ, México.- Este domingo 28 de julio se celebrarán en Venezuela las elecciones presidenciales, en medio de un complejo panorama. Si el actual gobernante Nicolás Maduro se asegura otro mandato, con encuestas que lo sitúan a más de 25 puntos por debajo de su oponente, requeriría un fraude masivo.
Maduro podría luchar por permanecer en el poder, independientemente de los resultados. Muchos analistas prevén que amañará las elecciones como ha hecho otras veces y utilizará al ejército para impedir cualquier protesta postelectoral.
Su reelección en 2018 fue considerada fraudulenta por Estados Unidos y otros países, pero ha dicho que el sistema electoral venezolano es “el más transparente del mundo” y acusa a la oposición de planear declarar fraude y sembrar “caos y violencia”.
¿Cómo podría darse un fraude en Venezuela?
Las decisiones logísticas del Consejo Nacional Electoral (CNE) podrían obstaculizar el libre acceso al voto de los 21,3 millones de votantes registrados en el país.
“La intención es muy clara y debe ser rechazada con toda contundencia: quieren manipular y torcer la voluntad de cambio de la inmensa mayoría del cuerpo electoral de la nación”, había dicho el mes pasado en X Andrés Caleca, exfuncionario del CNE y candidato a las primarias de la oposición.
De los 15.797 centros de votación en todo el país, al menos 8.000 tendrán una sola urna, en comparación con los 6.800 locales de los comicios de 2018, según cifras oficiales.
El dilema de las casillas
Al haber más votos en cada casilla, estos sitios podrían ser más difíciles de vigilar para detectar posibles fraudes, según la ONG regional Transparencia Electoral.
El uso de casillas únicas también puede demorar el proceso de votación y provocar colas más largas, ha dicho la oposición. Unos 3,9 millones de votantes votarán en urnas únicas.
Algunos votantes han manifestado que su centro de votación ha sido cambiado a otro en otro estado, en algunos casos lejos de su domicilio.
Las máquinas de votación
Griselda Colina, exrectora suplente del Consejo Nacional Electoral, explicó a El País que “si entendemos por fraude electoral la alteración de los resultados que emite la máquina de votación, no es posible que el gobierno cometa fraude el 28 de julio”.
Según expresó, el sistema de votación “ha sido auditado” por técnicos que “garantizan que los votos se van a contar bien”.
Sin embargo, refirió que la preocupación radica en que el CNE pueda declarar un resultado distinto al que dan las máquinas.
Ese escenario fue el de elecciones como la Constituyente (2019). En los próximos comicios, los miembros de mesa y los testigos de los partidos verificarán que las máquinas están en cero.
Al cerrar la jornada de votación, la máquina cuenta los votos y emite un acta con un código QR que es validada por los testigos de los partidos.
“De manera que hasta el momento no ha habido ninguna evidencia de algún fraude electrónico”, dijo Colina.
Tácticas para incidir en la votación
El régimen de Maduro ha estado desarrollando una serie de políticas con vistas a incidir en el acto de votación.
En primer lugar, ha inhabilitado a candidatos, ha ejercido presión y control social de las personas que beneficiarias de políticas públicas. Por ejemplo, se reparten bolsas de comida cada mes a la población, conocidas como “cajas del CLAP”, con la condición de pertenecer al partido del gobierno.
Si las personas no cumplen este requisito, o se convierten en opositores declarados, llegan a suspender este beneficio.
Algunos testimonios de exagentes de inteligencia del gobierno, explican que el régimen, además, suele anunciar resultados fraudulentos. También introducen cédulas falsas en el sistema.
Previamente, se ha estimado que podrían llegar a meter cuatro millones de cédulas falsas.
Fraudes anteriores en el madurismo
En 2017 Maduro fundó una Asamblea Nacional Constituyente, convertida en un parlamento paralelo para combatir el legalmente constituido que había ganado la oposición.
La empresa que ofrecía servicios al sistema electoral tuvo que huir del país al denunciar fraude.
Según declararon desde Londres, en el boletín final se había anunciado la totalización de dos 2 millones de votos que no habían pasado por las máquinas. Las máquinas habían hecho un conteo, pero el CNE anunció otro.
Recientemente, durante un referéndum para consultar si la población venezolana quería anexar al país el territorio del Esequibo, que pertenece a Guyana, el CNE anunció que acudieron a votar más de 10 millones de personas. Sin embargo, ese día las calles estuvieron vacías y no consta casi participación.
En 2018, Maduro se declaró ganador con el 50,6%, pero las encuestadoras y los analistas lo creían poco probable. No obstante, al frente del CNE está Elvis Amoroso, chavista y diputado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) desde 1998 hasta el 2015, y muy cercano al gobernante.
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