MADRID, España.- El espía y coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba, Gerardo Hernández, pidió a Estados Unidos un año sin embargo económico para que el Gobierno cubano pueda evaluar la efectividad de su sistema, vigente desde hace más seis décadas.
Durante una entrevista concedida a la web oficialista Siempre con Cuba, Hernández dijo que Cuba es un país sometido a un “bloqueo” económico que, según él, ha sido una estrategia imperialista para debilitar al Gobierno y al pueblo cubano. Hizo referencia al Memorándum Lester Mallory, un documento que, de acuerdo a su versión, revela las intenciones estadounidenses de provocar dificultades y malestar en Cuba para desacreditar al Gobierno castrista.
Hernández argumentó que algunas personas consideran el “bloqueo” como una simple excusa del Gobierno cubano para encubrir sus ineficiencias. Sin embargo, él sugiere que si el socialismo no funciona, debería demostrarse sin la justificación del “bloqueo” y permitir que el sistema se muestre por sí mismo.
“Yo no sé lo que es vivir en una Cuba sin bloqueo y ya dentro de poco estaré cumpliendo 60 años. Mi generación no sabe lo que es vivir en una Cuba sin bloqueo, es un ensañamiento posiblemente único en la historia de la humanidad. Un país tan poderoso como ese, un imperio tan poderoso como ese ensañado en una pequeña islita por el único motivo, por la única razón de haber querido escoger su propio destino y hacerle una revolución en sus narices, eso no nos lo han perdonado nunca”, se lee en la entrevista.
Gerardo Hernández ha sido objetivo de burla y rechazo en las redes sociales por sus descabelladas propuestas conocidas como “cultiva tu pedacito”, con las cuales insta a los cubanos a cultivar alimentos en cualquier espacio disponible, así sea una pequeña maceta. La respuesta para paliar el hambre en el país es sembrar piña y calabaza en los hogares, ha sugerido el espía.
El embargo comercial, económico y financiero estadounidense al régimen castrista fue impuesto el 7 de febrero de 1962, cuando desde hacía meses el 75% de las importaciones cubanas provenían del campo socialista, y se le exigía a los sindicatos aumentar la producción de bienes materiales. Al no aumentar la producción, el 12 de marzo de 1962 el Gobierno se ve en la necesidad de imponer el racionamiento de los productos alimenticios y de vestir, así como de medicamentos. La libreta de racionamiento aún no ha desaparecido, aunque cada vez provee menos alimentos a los cubanos.
Año tras año, el régimen cubano presenta un proyecto de resolución ante la Asamblea de Naciones Unidas para condenar el embargo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la Isla. Hasta la actualidad, el régimen ha contado con el apoyo de la comunidad internacional, que jamás, al menos en ese foro, ha emplazado unánimemente a las autoridades cubanas por el bloqueo interno al que han sometido y someten a su propio pueblo.
Mientras la ayuda de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) llegaba a la Isla ―llegó por casi 30 años―, el régimen apenas aludía al “bloqueo” o embargo estadounidense. Toda la propaganda anti-embargo se disparó tras la caída del comunismo en Europa del Este.
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