MIAMI, Estados Unidos. — La construcción extensiva de hoteles en Cuba sigue generando polémica entre analistas y ciudadanos de a pie. En esta ocasión fue el economista Pedro Monreal quien cuestionó la pertinencia de seguir construyendo instalaciones para el turismo.
En un tweet publicado este martes, el experto llamó la atención sobre la inversión en infraestructura hotelera cuando la Isla exhibe una baja tasa de ocupación.
“La ocupación media hotelera en Cuba fue 27,9% en el 1er semestre de 2023. De cada 10 habitaciones, siete no se utilizan, pero siguen desviando recursos para construir hoteles ¿Pudiera alguien explicar la racionalidad?”, cuestionó Monreal.
La ocupación media hotelera en Cuba fue 27,9% en el 1er semestre de 2023. De cada 10 habitaciones, 7 no se utilizan, pero siguen desviando recursos para construir hoteles ¿Pudiera alguien explicar la racionalidad? Ya se que van a poner la foto de una lavadora en los comentarios pic.twitter.com/HRUwLJoGEB
— Pedro Monreal (@pmmonreal) August 22, 2023
El economista advirtió que en algunos sitios los hoteles son utilizados como un mecanismo para lavar dinero, por lo que no se descarta que Cuba pueda ser uno de esos casos.
“Tradicionalmente ha habido casos de utilización de hoteles en el Caribe como instrumentos para la ʻoptimización fiscalʼ, que se asocia más a ʻtax avoidanceʼ (legal) que a ʻtax evasionʼ (ilegal)”. Este proceso —señaló el experto— consiste en una manipulación contable mediante un esquema de transferencia interna de precios, las empresas transnacionales, subdeclaran ganancias en países con altos impuestos (Europa) y las transfieren a países con bajos o cero impuestos (Caribe). Para eso se necesitarían hoteles”.
En los últimos años, el aumento de la inversión hotelera en detrimento del rescate y desarrollo de sectores como la Salud Pública y la Educación ha sido sumamente criticada por cubanos dentro y fuera de la Isla. El régimen ha intentado justificar la movida con la necesidad de acceder a divisas. No obstante, y a pesar de la inversión hotelera desmedida, el turismo en la Isla caribeña sigue sin levantar cabeza.