MIAMI, Estados Unidos. – Este fin de semana, familiares de la presa política Keilylli de la Mora Valle que prefieren no revelar sus nombres por temor a represalias, aseguraron que la joven intentaría suicidarse en prisión.
La joven, que cumple una sanción de 18 meses en el Centro Mixto para Mujeres de Sabana, se habría intentado ahorcar en su celda el pasado 1 de julio, mientras se encontraba en huelga de hambre.
De la Mora Valle se encuentra en su sexto día de inanición, internada en la sala de Psiquiatría del hospital Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, donde permanece incomunicada.
Según otra fuente que se mantiene en el anonimato, la presa política estuvo esposada por varios días a la cama y actualmente un fuerte cordón de policías custodia la sala donde permanece, para evitar contacto con ella, luego de que se filtrara una foto que la muestra sentada de lado.
“La situación de la prisionera política Keilylli de la Mora Valle es muy preocupante. Se dice que el traslado a esta sala Psiquiatría se debió a un intento de suicidio por ahorcamiento, nos dicen familiares que a ella la golpearon y que por eso y demás acciones de acoso en su contra, atentó contra su vida”, dijo a CubaNet José Daniel Ferrer, líder principal de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
Ferrer, también dijo que la activista habría alertado a sus familiares con volver a intentar un acto suicida si continuaban las agresiones en su contra.
“También nos dicen que continúa en huelga de hambre. Continuamos investigando y esperando alguna llamada de ella. Lo que haya ocurrido, lo que está ocurriendo y lo que pueda ocurrir con esta joven presa política miembro del Movimiento Consenso Ciudadano es responsabilidad de la dictadura que la encarceló arbitrariamente y que la hostiga todo el tiempo”, sentenció el líder opositor.
Esta es la segunda huelga de hambre que Keilylli de la Mora realiza desde que fue encarcelada hace un mes. La primera duró 12 días, en los que no ingirió ni alimentos ni bebidas. En ese entonces perdió varios kilos de peso y sus riñones se dañaron.
Fue detenida, golpeada y acusada de “resistencia” el 11 de abril por quitarse el nasobuco para fumar. Cinco días más tarde fue citada para informarle que se habían ampliado las acusaciones en su contra y sería procesada además por “desacato” y “propagación de epidemias”. Terminó siendo juzgada el 7 de mayo y condenada a un año y seis meses por cuatro delitos, incluido el de “desobediencia”, negándosele el derecho a contar con la presencia de abogado y testigos.
Tras la negativa a una apelación interpuesta por su padre, la activista se vio obligada a presentarse en el Tribunal Municipal de Cienfuegos el 4 de junio, para ser trasladada al centro penitenciario para mujeres de la provincia.
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