MIAMI, Estados Unidos. — El 26 de mayo de 1841 fue publicado un prospecto de lo que sería el periódico La Prensa, un impreso proespañol que circuló en La Habana hasta 1870 y abarcó diversos temas de interés, entre ellos el acontecer cultural, ciencias, agricultura, economía y comercio.
Sus primeros directores fueron Luis Caso Sola y José García de Arboleya. Comenzó a circular con dos tiradas cada semana, luego fueron tres y, finalmente, gracias a la buena acogida que tuvo el rotativo, apareció con frecuencia diaria.
También su nombre, formato y perfil de contenido cambiaron en varias ocasiones. Popularmente se le conoció como Prensa de La Habana y era descrito como un periódico político, mercantil, económico y literario.
La Prensa mantuvo a sus lectores al corriente de todas las noticias de importancia, nacionales e internacionales, en los ámbitos que solía abarcar. También proponía mejoras económicas con el propósito de fomentar la riqueza pública, y desde sus páginas se trabajó con rigor para mantener al público debidamente informado, sin dejar a un lado la educación, la crítica justa y respetuosa, el decoro ciudadano y el entretenimiento.
En sus columnas hubo espacio para la poesía, fragmentos de novelas, literatura cubana, crónicas habaneras, variedades, actividad mercantil, instrucción pública, lista de la lotería, adelantos en la agricultura y misceláneas.
Contó con varias secciones fijas como “Correspondencia”, “Tribunales”, “Curiosidades”, “Noticias Religiosas”, entre otras. Tuvo colaboradores de la talla de Gertrudis Gómez de Avellaneda, Miguel Teurbe Tolón, Carlos Manuel de Céspedes, Antonio Bachiller y Morales, Juan Clemente Zenea, Tomás Romay y una lista interminable de reconocidos escritores, científicos y diletantes de la época.
La publicación gozó de buena salud hasta el estallido de la Guerra de los Diez Años. En 1869, con el pretexto de tomar un receso, La Prensa de La Habana salió de circulación, pero solo para aparecer poco tiempo después, radicalizada y fusionada con La Voz de Cuba, el periódico más hostil a la causa independentista de cuantos existieron en la época colonial, fundado por el tristemente célebre Gonzalo Castañón.