MIAMI, Estados Unidos.- Lisbet Sánchez es la madre de la niña cubana Emily Castro Sánchez, que recibe tratamiento médico en Miami. La menor y su mamá viajaron desde La Habana a finales de marzo, gracias a una visa humanitaria concedida por la embajada de Estados Unidos en Cuba.
La bebé de un año y siete meses de edad padece una malformación renal que provoca hipertensión y que los médicos de la Isla no pudieron tratar. Los especialistas en Cuba le aseguraron a Sánchez que no podían hacer más que chequear a la niña periódicamente y recetarle medicamentos para contener su presión arterial.
Emily, según recuerda su mamá, “comenzó con vómitos en proyectil. Poco después detectan que su riñón no estaba donde debería”.
Con solo dos meses de nacida, la niña, residente en la ciudad de Colón, en Matanzas, presentaba abundante retención de líquido y un raro enrojecimiento en la piel. Tras ser trasladada al hospital William Soler, los médicos determinaron que Emily presentaba una ectopia renal cruzada y que sus riñones estaban fusionados en L. Según el diagnóstico, ambos órganos funcionaban al 80 y 20 por ciento respectivamente. Además, la pequeña padecía una estenosis de la vena renal de 0.93 mm.
Durante su embarazo, “las pruebas siempre daban que era una niña normal, siempre se veían los dos riñones”, recuerda Sánchez. No obstante, cree que algunos de los medicamentos que le recetaron en ese período para tratar la hiperemesis gravídica, especialmente el Ondasentron, pudo haber provocado la malformación a su hija. “Me pusieron mucha medicación, estuve hasta los seis meses con sueros”.
Aunque el Ondasentron ha demostrado su eficacia en el tratamiento de las náuseas y los vómitos, estudios recientes indican que también entraña un grave riesgo de efectos secundarios, tanto para la madre como para el bebé. En Estados Unidos, aunque actualmente se receta y sus supuestos riesgos son puestos en duda por varios estudios, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) no aprueba el uso del medicamento durante el embarazo.
En Cuba “la prioridad no es la salud”, se lamentó ante CubaNet la joven madre. Y aunque reconoció que en la Isla existen profesionales notables, en su caso no contó con la atención necesaria, asegura. “Fui a distintos lugares para que me dieran una solución y me ayudaran. Tristemente no contamos con la atención ni con las personas adecuadas. Te tropiezas con una pared y pasan estas cosas”.
Desesperada ante la incapacidad de las autoridades de salud en Cuba, la madre de Emily comenzó a buscar ayuda a través de diferentes vías, entre ellas las redes sociales.
Ahora, Sánchez agradece la solidaridad de muchas personas que en Estados Unidos se ofrecieron a ayudarla para que su hija recibiera el tratamiento adecuado.
Especialmente destaca la colaboración del congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart y la embajada de Estados Unidos en La Habana. Eran “personas que no nos conocían y nos dieron su mano”, expresó.
La bebé, cuenta su madre a CubaNet, no solo ha sido atendida por varios especialistas en el Hospital Jackson Memorial, de Miami, sino que también ha recibido un servicio esmerado. Ha sido “un contraste muy duro y muy triste. En Cuba no nos ayudamos como tenemos que ayudarnos”, dijo.
De ahora en adelante, Emily Castro será sometida a un riguroso proceso de pruebas médicas que les permitirá a los doctores determinar el procedimiento quirúrgico a aplicar en su caso. Aunque su atención tiene un costo, el tratamiento está garantizado.
El caso de esta bebé se suma al de varios niños cubanos que han recibido una visa humanitaria para tratarse en Estados Unidos por la incapacidad de las autoridades de Salud en Cuba para ofrecerle tratamientos indispensables al pueblo.
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