LA HABANA, Cuba, 16 de junio (Moisés Leonardo Rodríguez, 173.203.82.38) -Las condiciones de trabajo de los trabajadores de la inversión mixta cubano-brasileña para la construcción de la Terminal de contenedores del puerto de Mariel, empeoran día a día.
Al comenzar las obras, los trabajadores eran transportados en ómnibus de turismo contratados por la compañía inversionista. Luego, para disminuir los costos, se comenzó a utilizar ómnibus marca Volvo traídos de Brasil, a los que les quitaron los acondicionadores de aire después de los primeros días de servicio, para ahorrar combustible. Recientemente, los ómnibus Volvo fueron sustituidos por ómnibus de fabricación cubana marca Girón (popularmente conocidas como gironcitas), también sin aire acondicionado y con incómodos asientos plásticos.
Actualmente se preparan camiones en la ensambladora de ómnibus de Guanajay que serán destinados para el transporte de los trabajadores de la ampliación del puerto, según informaron trabajadores de dicha ensambladora, que pidieron el anonimato.
La merienda ofrecida a estos trabajadores inicialmente consistía en pan de calidad aceptable con jamón y refresco enlatado, pero fue sustituida con pan de menos calidad con jamonada y refresco instantáneo.
En mayo se inició el pago “por estímulo” en pesos convertibles, pero simultáneamente el salario básico en moneda nacional se redujo prácticamente a la mitad.
“Se rumora que van a militarizar la construcción para bajar los costos de la mano de obra y sacarles el jugo a los que queden trabajando acá. Esto es una mezcla fatal de lo peor del capitalismo y todo lo malo del totalitarismo castrista” aseguró un trabajador que pidió no ser identificado.