LA HABANA, Cuba, 26 de marzo de 2013, Yaremis Flores/ 173.203.82.38.- Los opositores Sonia Garro Alfonso y su esposo Ramón Alejandro Muñoz González cumplieron el pasado 18 de marzo un año de reclusión sin haberse celebrado juicio en su contra. Ambos están acusados de “Tentativa de Asesinato” y “Desorden Público”.
El matrimonio fue detenido en un fuerte despliegue militar que incluyó el empleo de brigadas antimotines, policías y agentes de la Seguridad del Estado. La opositora y Dama de Blanco resultó herida en una pierna con una bala de goma.
Durante su estancia en la cárcel, Ramón Alejandro se ha colocado, en vano, en huelga de hambre, para tratar de llamar la atención de autoridades cubanas y comunidad internacional. Por su parte, Sonia Garro denunció malos tratos y deficiente atención médica en el establecimiento penitenciario Mujeres de Occidente.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó el 8 de noviembre de 2012 “Medidas Cautelares” a favor de Garro. Este tipo de disposición es adoptada por la CIDH en situaciones de “gravedad y urgencia” con el objetivo de prevenir daños irreparables a las personas.
Según el sitio digital del órgano regional protector de derechos humanos, la CIDH “solicitó al Estado de Cuba que adopte las medidas necesarias para garantizar la vida y la integridad personal de Sonia Garro, y que informe sobre las acciones adoptadas a fin de investigar los hechos que dieron lugar a la adopción de Medidas Cautelares”.
Pero, ¿cumple el gobierno cubano con las recomendaciones de la CIDH?
Además de violentarse el término legal para que ambos pudieran contratar abogado, y de mantenerse secreto el expediente investigativo, se desconoce si el Fiscal ya formuló petición -o cuándo lo hará-, en la que narre los hechos y la sanción que debe imputarse por cada delito.
¿Qué garantías tienen Sonia y su esposo de que serán juzgados por un Tribunal Imparcial? ¿Cuánto tiempo más deberán esperar para ser juzgados y defenderse de las acusaciones? Estos ciudadanos están en desventaja, y su derecho a un juicio dentro de “un plazo razonable” se violó con creces.