LA HABANA, Cuba. – El viernes 14 de junio, el maestro masón Karel Miralles Sánchez estuvo “plantado” en el edificio de la Gran Logia de Cuba como forma de protesta para exigir la renuncia del Gran Maestro Mario Urquía Carreño.
“No estoy convocando a nada ni a nadie; me mueve una situación personal, estoy ejerciendo mi derecho a la protesta, uno de los primeros derechos que me fueron conferidos al iniciarme en esta augusta institución. Declaro que estoy plantado, en protesta, en este Edificio Nacional Masónico hasta que Mario Urquía entregue una renuncia debidamente firmada”, explicó en un video al que tuvo acceso CubaNet.
Apenas dos días antes se había conocido la noticia de que la Dirección de Asociaciones del Ministerio de Justicia (MINJUS) de Cuba había invalidado la expulsión del ex Gran Maestro, Mario Alberto Urquía Carreño, del Supremo Consejo y de la Gran Logia de Cuba y, de esta manera, lo restituía en el cargo del que fue depuesto por los masones tras el robo de 19.000 dólares, acaecido en su oficina a inicios de enero pasado, y otros sucesos que los masones consideraron como de “alta traición”.
Miralles Sánchez estuvo ese día en la Gran Logia de Cuba desde las 11:00 de la mañana hasta las 4:30 de la tarde. No fue recibido ni pudo ver a Urquía, quien ya retomó su cargo y oficina, pero asegura que seguirá asistiendo al edificio hasta que pueda encararlo.
Ambos sucesos, la protesta y la imposición del MINJUS, constituyen sucesos sin precedentes en la historia de la Masonería en Cuba.
El malestar, inconformidad y rechazo con la intromisión del MINJUS y la figura de Urquía, es generalizado, según corroboró CubaNet con varias fuentes masónicas.
“Jugando con fuego“
“Los masones no aceptan a Urquía; muchas logias van a acordar no reconocerlo y hacerlo saber al Registro de Asociaciones del MINJUS”, dijo una fuente masónica que solicitó condiciones de anonimato. “Hay mucho desconcierto pero sentimiento unánime de rechazo”, agregó.
Los masones entrevistados indicaron que “el malestar es tan grande” que algunos quieren pedir la baja de la Masonería o cerrar las logias; otros quieren acudir en grandes grupos al edificio de la Gran Logia para protestar y exigir la salida de Urquía.
“Si los masones, en mayoría, decidimos que no lo queremos, debe entregar el cargo. Si el MINJUS considera que no es el modo correcto de expulsarlo, repetimos el proceso ahora mismo. Una mayoría abrumadora no desea que siga guiando nuestra fraternidad quien es el responsable material y moral de la pérdida de un dinero donado para paliar la situación de hermanos en desgracia. Nada que se imponga funciona en un sistema democrático como el nuestro”, agregó una de las fuentes consultadas.
Otro masón aseguró que “la Seguridad del Estado, que es la que está detrás de todo esto, está jugando con fuego. Quién sabe si este sea el empujón que necesitamos los masones para definitivamente colocarnos al frente de los cambios que necesita Cuba”.
CubaNet corroboró igualmente que algunos trabajadores de las oficinas de la Gran Logia de Cuba habían renunciado en señal de desaprobación.
“Es evidente y no tiene discusión que el aupado por la dictadura es un ladrón y desvergonzado”, afirmó en Facebook el masón, escritor y exprisionero político Ángel Santiesteban Prats, refiriéndose a Mario Urquía.
Más adelante, sugirió que el régimen podría estar buscando dar al traste con la Masonería manteniendo a Urquía en el lugar que ocupaba anteriormente.
“Si su intención es cerrarla, pues que lo hagan antes de arrodillarnos y quedar ante la historia como pusilánimes. En la Masonería mandamos los masones. Y el mundo está observando si bajamos la cabeza o gritamos por nuestros derechos”, manifestó.
En otro post en su perfil de Facebook, Santiesteban aseguró que la Seguridad del Estado estaba citando a las estaciones policiales a varios masones “para presionarlos”. Según explicó a CubaNet, se trata de los masones que han tenido una trayectoria o antecedentes de oposición a la dictadura.
“Sepan sicarios que exigir los derechos masónicos que nos asiste en nuestra legislación, aunque sea en tiranía, es un derecho al que no vamos a renunciar. Estamos en un momento histórico y no le vamos a fallar a la patria”, sentenció.
CubaNet conoció que este lunes el Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba (institución que rige los grados masónicos del 4 al 33) entregó una carta al MINJUS en la que expresaba su rechazo a la restitución de Urquía y reafirmaba su expulsión definitiva de la fraternidad.
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