MADRID, España. Médicos cubanos regresarán de misión a Mauritania tras acuerdo firmado este sábado entre el ministro de Salud Pública de Cuba (MINSAP), el Dr. José Ángel Portal Miranda y su homólogo mauritano, Sidi Uld Zahav.
Según indicó el medio oficialista Cubadebate, “esta nueva asociación técnica y profesional entre los ministerios de salud de las dos naciones, contribuirá a la capacidad de brindar atención médica a la población mauritana”.
Los galenos cubanos habían regresado a Cuba hace unos meses pues el Gobierno del país islámico no renovó sus contratos, alegando su intención de dar oportunidades de trabajo a los profesionales locales.
La decisión de retomar el acuerdo por parte de las autoridades sanitarias mauritanas llega tras una financiación de 55 millones de dólares concedida por Arabia Saudí destinada a la construcción de un nuevo complejo hospitalario en Nuakchot.
Hasta el momento de rescindirse el contrato y desde 2017, unos 60 médicos y técnicos sanitarios cubanos trabajaban en un hospital de Nuadibú, a donde acudían pacientes de todo el país.
En septiembre pasado el médico cubano Juan Manuel Obana Borges falleció a causa de un infarto días después de haber sido expulsado de la misión médica en Mauritania.
Tras este suceso, el portal digital 14yMedio publicó declaraciones de una enfermera colega de Obana en la misión y en la que denunciaba las pésimas condiciones en que trabajaban.
“Los enfermeros realizan turnos de 24 horas con apenas otras 24 de descanso, lo que supone unas 360 mensuales, 168 más de las que establecen los convenios internacionales y sin cobrar horas extra. En el caso de los médicos tampoco se produce este pago, pese a que trabajan de lunes a domingo hasta la noche. Ninguno de los colaboradores cobra durante sus vacaciones y, si debe regresar a Cuba por algún imprevisto grave, el Gobierno no contribuye al pago del pasaje, que puede ascender hasta 2.000 euros, aproximadamente el salario de dos meses”, informó la enfermera.
El pasado 4 de diciembre Javier Larrondo, presidente de la organización Prisoners Defenders, se refirió a estas misiones como un procedimiento esclavista que tiene el Gobierno cubano para extraer ingresos y usufructo del trabajo de los trabajadores en el extranjero.
Larrondo explicó además que el régimen castrista retiene a estos profesionales el 85% de su salario, con lo que consigue unos ingresos anuales de 8.500 millones de dólares, “casi tres veces lo que gana por el turismo, que son unos 2.900 millones de dólares, y cuatro veces lo que gana por las remesas, de 2.000 a 3.000 millones”.
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