MIAMI, Estados Unidos.- La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba manifestó este sábado en un comunicado de prensa su “preocupación por los numerosos compatriotas que se encuentran en terceros países y que, ahora mismo, están enfrentando un presente inesperado y un futuro incierto” tras el fin de la política de “pies secos, pies mojados” en EE.UU.
Para las autoridades católicas cubanas, el cambio de política en el vecino país fue “sorpresivo”, como mismo lo ha sido para numerosos migrantes cubanos que vendieron sus pertenencias para poder salir de la Isla hacia Centro o Suramérica e iniciar allí una larga y peligrosa jornada hacia EE.UU.
“Somos conscientes del drama humano que afecta a tantas personas y familias, algunas de ellas hicieron grandes sacrificios con el propósito de emigrar a los Estados Unidos, confiados en las normas migratorias que los amparaban”, dice la nóta publicada por la Diócesis de La Habana.
Con la política de “pies secos, pies mojados” los cubanos que llegaban a EE.UU. podían acogerse automáticamente al asilo político, algo que no tiene efecto desde el pasado 12 de enero, cuando la administración de Barack Obama anunció que cambiaba la disposición especial para los cubanos, con efecto inmediato.
En Cuba la religión mayoritaria es la católica, y el país ha recibido la visita de tres papas en los últimos 20 años.
Iglesia y Estado mejoraron ostensiblemente sus relaciones luego de que, entre otros factores, la Constitución vigente pasara de ser atea a laica.
La Iglesia cubana jugó un papel esencial en las negociaciones secretas que condujeron los gobiernos de Cuba y EE.UU. a iniciar un diálogo en diciembre de 2014 que condujo a la reapertura de embajadas en sendas capitales.
Esta declaración de la Conferencia de Obispos Católicos Cubanos ocurre luego de que la organización homóloga en EE.UU. manifestara su “decepción” por la decisión del presidente Barack Obama de terminar con la política migratoria que favorecía a los cubanos a su llegada a EE.UU.