MIAMI, Estados Unidos. – El Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) reflejó en un nuevo informe, correspondiente al primer semestre de 2023, la creciente inseguridad pública y el alarmante aumento de crímenes violentos en la Isla.
De acuerdo con el informe, el primer trimestre de 2023 registró 98 reportes comprobados de delitos, dividiéndose en 16 en enero, 48 en febrero y 34 en marzo. De estos, 42 fueron robos, 33 asesinatos, 17 asaltos y seis de otro tipo. La tendencia siguió en alza durante el segundo trimestre, el cual alcanzó 189 reportes de crímenes. Las provincias más afectadas resultaron ser La Habana, Villa Clara y Guantánamo.
“La comparación del comportamiento trimestral nos muestra que los delitos prácticamente se duplicaron de 98 a 189, para un 92% de crecimiento. Los robos aumentaron en un 83% y los asesinatos en un 43%”, indica el reporte del OCAC. Además, el texto señala a junio como un mes crítico, lo que sugiere un potencial incremento delictivo en los próximos meses.
Aunque en comparación con otras naciones, las cifras parecen moderadas, el informe recalca que “para una sociedad totalitaria que parecía capaz de garantizar el ‘orden público’, estos números y velocidad de expansión resultan alarmantes”. Se añade que mientras protestar contra el Gobierno garantiza una rápida respuesta policial, pedir ayuda no.
El estudio también resalta la preocupante participación de menores tanto en el rol de víctimas como de victimarios y señala la existencia de bandas delictivas, marcando una tendencia de deterioro en la seguridad y cohesión social.
Un elemento clave es la falta de transparencia gubernamental. Una investigación paralela de CubaData mostró que el 61% de los encuestados afirmaron haber sido víctimas de algún delito, pero solo el 14,6% lo denunció a la Policía. Esta discrepancia indica que las cifras del informe podrían ser mucho mayores a las reportadas.
El OCAC no solo identifica el problema, sino que lo relaciona con problemas estructurales más profundos: “La inseguridad pública en Cuba no es un problema superficial, es un reflejo de problemas estructurales”.
La falta de inversión en áreas vitales como alimentación, salud y vivienda, sumada a la violencia estructural y cultural, están en el epicentro de esta crisis. “La prioridad inversionista ha estado en la sección del Ministerio del Interior (MININT) que enfrenta protestas públicas y manifestaciones contra el Gobierno”, advierte el informe, haciendo énfasis en que el concepto de seguridad para la administración va orientado a proteger su poder absoluto.
El informe concluye con un llamado a la reflexión y acción, resaltando que es necesario un enfoque integral que no solo aborde la inseguridad, sino también los problemas sistémicos subyacentes, invitando a reformar instituciones clave para mejorar la calidad de vida de la población cubana.