MIAMI, Estados Unidos. – El activista cubanoamericano Pedro Zamora dedicó su vida a la lucha contra el SIDA y a la defensa de los derechos LGBTIQ, dos dos campos de lucha en los que removió la conciencia colectiva de Estados Unidos.
Nacido en La Habana, el 29 de febrero de 1972, Zamora emigró a Florida con su familia a los ocho años como parte del éxodo del Mariel y se estableció en Hialeah. A los 13 años, tras la muerte de su madre, se sumergió en sus estudios y actividades extracurriculares, destacando como un estudiante de honor y líder en su escuela.
Zamora, quien sería el primer hombre abiertamente gay y con VIH en aparecer en una serie de televisión, descubrió su estatus serológico tras donar sangre. Desde ese momento, decidió convertirse en activista del SIDA. “Como jóvenes homosexuales, somos marginados. Como jóvenes VIH positivos, estamos totalmente descartados”, expresó en una ocasión, reflejando el estigma que enfrentaba.
Su participación en el reality de MTV The Real World: San Francisco en 1994 le dio una plataforma nacional para hablar sobre el VIH/SIDA y los problemas LGBTIQ. En el programa, incluso se enamoró y realizó una ceremonia de compromiso con otro activista del SIDA, Sean Sasser. Lamentablemente, Zamora falleció debido a complicaciones relacionadas con el SIDA el 11 de noviembre de 1994, justo después de la emisión del último episodio del programa.
El presidente Clinton elogió a Zamora después de su muerte por su liderazgo en la educación sobre el SIDA y por aumentar la conciencia sobre la enfermedad. En 1995, una calle de Miami fue renombrada como “Pedro Zamora Way” y en 2008, su vida fue honrada en la película Pedro.
Pedro Pablo Zamora superó enormes desafíos culturales con una curiosidad insaciable y una devoción rigurosa a la humanidad. A pesar de su muerte prematura, su valentía y su impacto en la visión pública del SIDA fueron enormes. Reveló su estado de VIH en un momento en que el estigma estaba en su punto máximo y ayudó a humanizar la enfermedad, contribuyendo significativamente a la reducción del estigma asociado.
El testimonio de Zamora ante el Congreso en 1993, donde abogó por la mejora de los programas educativos sobre el SIDA, fue un punto de inflexión. “Si quieres llegar a mí como un joven hombre ―especialmente un joven gay de color― entonces necesitas darme información en un lenguaje y vocabulario que pueda entender y con el que pueda relacionarme”, dijo Zamora.