MIAMI, Estados Unidos. – Al menos cinco periodistas de CubaNet residentes en la Isla informaron a esta redacción que se encuentran sin servicio de internet desde este miércoles.
El régimen cubano suele limitar o cortar completamente la conexión a internet de reporteros, activistas y opositores durante la celebración de efemérides como la de este 26 de julio, considerado por el Gobierno como “Día de la Rebeldía”.
Por vías alternativas, Osniel Carmona, Ana León, Camila Acosta, Enrique Díaz y Vladimir Turró confirmaron a CubaNet que no pueden conectarse a internet desde sus teléfonos móviles.
Incluso Acosta y su pareja, el escritor Ángel Santiesteban, se encuentran sitiados en su hogar por agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y la Seguridad del Estado.
La periodista advirtió que es probable que el motivo sea evitar que ambos asistan a una conferencia que desarrollará este jueves el Soberano Gran Comendador de la Gran Logia de Cuba, José Ramón Viñas Alonso, para comentar los actuales conflictos entre los masones y el Gobierno.
Miércoles represivo
Este miércoles, los activistas Pedro Quiala, Carlos Milanés Tejeda y Rafael Zamora Mederos fueron detenidos en La Habana y recluidos en la estación policial de Dragones, en La Habana Vieja, durante dos horas.
Varias horas después, tras su liberación, los tres opositores denunciaron el acoso de la Seguridad del Estado y los chantajes y amenazas recibidos por los represores.
Milanés declaró que la detención la hizo un oficial identificado como “Luisito”, en casa de Quiala. Al ser conducido a la estación de la Policía, los agentes los amenazaron por sus presuntos “vínculos con el exilio de Estados Unidos” y con “personas que hacen actos de terrorismo en esta Isla”.
Los represores amagaron con penalizarlos por “desprestigiar” al Gobierno y “desmentir” a la prensa oficial. Específicamente, le comentaron a Milanés que sus reportes para el medio independiente ADN Cuba creaban un “problema”.
“Dijeron que soy un peligro inminente para cometer actos de terrorismo contra la revolución cubana”, dijo en un mensaje de audio.
Quiala, por su parte, expresó que los policías le dijeron, asimismo, que tiene “vínculos con terroristas” y puede ser sancionado y penalizado por “acciones contrarrevolucionarias” en calles de La Habana.
“[Me dicen] que estoy incitando a delinquir al pueblo y a manifestarse libremente y apoyando el terrorismo pero no es así, solo ayudamos y exigimos el respeto a los derechos humanos en Cuba”, expresó Quiala.
El acoso se ha recrudecido desde que asistieran a una misa en honor al fallecido opositor Oswaldo Payá. El régimen, según explicaron, usó el contexto de ese homenaje para achacarles relaciones con la hija del líder, Rosa María Payá, y con influencers cubanos, acusados de terroristas por las fuerzas castristas.
Los tres activistas forman parte del Movimiento Escudo Cubano, que busca la defensa de los derechos humanos y civiles del pueblo cubano. “Es un movimiento formado por hombres y mujeres dignos que reconocen su responsabilidad, obligación y compromiso con el pueblo de Cuba. Un movimiento que busca convertirse física y literalmente en escudo de protección de su pueblo contra todo agresor”, refiere la organización en su página oficial.
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