MIAMI, Estados Unidos.- En una entrevista telefónica con Diario de Cuba, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, aseguró que uno de los temas que le preocupan con respecto a los derechos humanos en la Isla es el caso del periodista independiente Roberto Quiñones y su más reciente detención, así como otros aspectos que involucran las libertades de los cubanos.
Roberto Jesús Quiñones Haces, periodista independiente de CubaNet, ha sido acosado, detenido y torturado por la Seguridad del Estado cubano en varias ocasiones, con el objetivo de que abandone su trabajo. La policía política de Guantánamo, provincia donde reside, le ha confiscado sus medios de trabajo, y lo ha mantenido tras las rejas por varios días, solamente por su labor como periodista y abogado, en la que denuncia las arbitrariedades del régimen y escribe sobre la cruda realidad de la Isla.
“Hace unos días celebramos una reunión ministerial sobre libertad religiosa y hubo pastores que vinieron a Washington para hablar sobre este derecho humano tan básico. Pues bien, el régimen cubano no permitió viajar a varios líderes de la Liga Evangélica en la Isla”, dijo Pompeo, quien afirmó además que el gobierno estadounidense está haciendo todo lo que puede para apoyar al pueblo cubano, pero esto solo sería posible si el régimen “renuncia a su comportamiento opresivo”.
“Todos conocemos la historia de las Damas de Blanco. Hablamos de un Gobierno que ha denegado las libertades más básicas al pueblo cubano. Por eso, nuestro trabajo es el de convencer al régimen, el de hacerle pagar un precio por su mal comportamiento. Yo animo al pueblo cubano a que siga reclamando sus libertades, a que continúe solicitando sus derechos básicos, tanto de culto como de expresión. Son temas centrales para cualquier nación y el pueblo cubano merece contar con dichos derechos, como todos los seres humanos” aseveró.
En sus declaraciones, Pompeo dijo que no adelantaría cuáles son los siguientes pasos en términos de su política hacia La Habana, pero sí dijo que quiere asegurarse “de que el pueblo cubano comprenda que esta administración está decidida a subir el precio por el uso del poder solo en beneficio del régimen y de sus líderes políticos; queremos que el pueblo tenga oportunidades de aprovechar los inmensos recursos del país, mejorar la vida de los cubanos de a pie”.
“Cuba ocupa el puesto 178 de 180, solo por delante de Venezuela y de Corea del Norte. Este tipo de gobiernos controlados por el Estado no trabaja nunca a favor de los ciudadanos, independientemente de en qué países se instauren, y ese es el caso de la Cuba actual”, agregó.
Con respecto a la iniciativa bipartidista presentada en el Congreso de EEUU, promocionada por senadores que recomiendan otorgar asilo político al personal médico cubano que lo solicite en terceros países, Pompeo declaró: “La estamos estudiando. Queremos evaluar cualquier propuesta legislativa que se presente. No hemos visto todavía todos los detalles de cómo se traducirá la iniciativa en la realidad. Pero en estos casos, recurrimos siempre a nuestro principio fundamental. Nos preguntamos: ¿al realizar esta acción, mejoraremos la capacidad estadounidense de conseguir buenos resultados para los ciudadanos de un tercer país? Con la autoridad y el poder estadounidense, ¿aplicar un conjunto de criterios nos puede llevar a una mejor situación y permitirnos contar con una nación aliada? En el caso de Cuba, para posibilitar esta situación necesitamos un Gobierno que se replantee por completo la forma en la que trata a sus ciudadanos y las bases de su economía, así como quiénes son sus aliados a nivel mundial. ¿Qué aliado desea tener en realidad el pueblo cubano? A los Estados Unidos de América nos encantaría serlo, pero con el régimen político actual, es absolutamente imposible”.
Mike Pompeo dijo a Diario de Cuba que en estos momentos su gobierno no mantiene conversaciones formales con los dirigentes políticos de Cuba, solo que se mantienen observando. “Cuando esta administración llegó al poder, sucedió a un Gobierno de EE.UU. que había intentado apaciguar las relaciones, que se había comprometido a fomentar la creación del sector privado en Cuba. Pero lo cierto es que los niveles de corrupción, los niveles de influencia y de control estatal son de tal magnitud que, para cualquier avance, antes deben producirse cambios significativos en la Isla”.
Para el gobierno de Estados Unidos, en declaraciones de su secretario de Estado, el nivel de control gubernamental en Cuba provoca aún más opresión, y lo único que estaba haciendo la benevolencia estadounidense era que se agravara esa situación.
Así mismo, “creo que el pueblo cubano redoblará sus propios esfuerzos para que se escuchen y atiendan sus demandas. ¿Está el pueblo cubano preparado para hacer todo lo posible por convencer al régimen de que no puede continuar con su opresión, de que no puede seguir negando la libertad religiosa, ni realizando acciones para el exclusivo enriquecimiento de la clase dirigente, mientras destruye la economía para el resto de los ciudadanos? Cuando el pueblo cubano redoble sus esfuerzos y el mundo apoye sus acciones, tengo una gran confianza en que la situación cambiará”, aseguró.
Pompeo también se refirió a la situación de Venezuela, asegurando que la visión de su gobierno sobre el control que ejerce la Seguridad del Estado cubana en el país suramericano siempre ha sido muy clara. “Cualquier nuevo líder político de Venezuela debe sacar a los cubanos de su aparato de seguridad. Dicha conexión —ese enlace a través de los equipos de seguridad— priva a los venezolanos de la oportunidad que necesitan para hacer crecer su economía y para restaurar la democracia en su país. Eso no puede ocurrir con miles de militares, oficiales de inteligencia y personal de seguridad cubano allí”.
Estados Unidos está dispuesto “a considerar todas las opciones siempre que el régimen renuncie a su comportamiento opresivo. Creemos que sería el cambio fundamental de la relación de Cuba no solo con Estados Unidos, sino con el mundo entero. Ese es el problema principal. Eso es lo que necesitamos de su parte y, cuando ocurra, las cosas podrán empezar a mejorar”, dijo.
En su entrevista, el funcionario estadounidense respondió también a la interrogante acerca de la investigación con respecto a los ataques acústicos a sus diplomáticos en La Habana, y aunque aseguró que no está muy familiarizado con el tema y todavía no se ha descubierto qué ha provocado los daños, el Gobierno de La Habana “se ha negado a cooperar con nosotros en cualquier aspecto significativo que pudiera ayudar a determinar la causa, el origen de este ataque. Esperamos que cambie de opinión; esperamos que se comporte de forma que nos permita hacer lo que debemos, que es asegurarnos de cuidar de todos los estadounidenses, ya sean funcionarios del Departamento de Estado, del Departamento de Comercio, soldados, marineros, pilotos o marines. La salud de muchos estadounidenses se ha visto afectada por estas actividades y necesitamos que los cubanos nos ayuden a descubrir qué ocurrió”.
Al finalizar su diálogo, preguntado acerca de los beneficios que traería para el pueblo cubano una normalización en las relaciones entre Cuba, con un gobierno democrático, y Estados Unidos, Pompeo aseguró que “las ventajas serían inimaginables. La escala de las operaciones y de las oportunidades sería inmensa. Cuba es un lugar estupendo, con grandes productos. El turismo podría florecer. Se crearía una enorme riqueza e, indudablemente, también sería estupendo para los Estados Unidos. Significaría una importante mejora para la vida de todos los cubanos de a pie que desean la libertad y que aspiran a poder cuidar de su familia y a educarse. La apertura entre nuestros dos países sería realmente transformadora para Cuba. Pero eso es algo que solo puede conseguir el régimen cubano si decide responder a las demandas de su pueblo”.
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